Sufrió Alexis.
EFELIMA.- Había realizado un buen partido, participando constantemente del ataque, encarando y habilitando a sus compañeros, pero la noche del viernes terminó de la peor forma para Alexis Sánchez en la caída de Chile ante Perú en Lima.
El delantero chileno recibió en el minuto 91 la tarjeta amarilla en manos del árbitro argentino Diego Abal, lo que lo llevó a perder el control con reclamos contra el juez y protestas contra su rival Alberto Rodríguez, por lo que en esos momentos fue su compañero Gary Medel quien intentó controlarlo, evitando que la situación pasara a mayores.
El trasfondo del malestar del ariete del Barcelona estaba claro. Con esa cartulina quedó fuera del encuentro ante Uruguay y eso se notó en su reacción: Tras el pitazo final se sacó la camiseta, se tapó la cara y caminó en silencio rumbo al túnel del Estadio Nacional de Lima. En esos momentos fue Fabián Orellana quien lo abrazó en señal de apoyo.
Pero la decepción de Sánchez no quedo allí. Al interior del camarín se le vio callado, con poco ánimo y con un evidente rostro de amargura. La alegría que suele tener el tocopillano desapareció por largos momentos.
Y su tristeza lo siguió acompañando aún después de la ducha. El nacional dejó el camarín limeño junto al resto de sus compañeros y se dirigió hacia el bus que esperó a la "Roja" para trasladarla rumbo al Aeropuerto Jorge Chávez, donde el equipo tomó rumbo a Santiago.
En ese trayecto se le vio apagado, concentrado en la música que emitían sus audífonos y saludando casi por obligación a uno que otro hincha chileno que esperaba por un gesto del delantero del Barcelona.
Así concluyó la negativa jornada de Sánchez en Lima. Suspendido para el encuentro del próximo martes ante Uruguay en Santiago y dejando una baja sensible en el elenco de Jorge Sampaoli.