MONTECARLO.- El 10 de febrero del 2013 será una fecha imposible de olvidar para el tenista argentino Horacio Zeballos. Ese día, el trasandino logró algo que él mismo calificó como histórico: Venció a Rafael Nadal en la final del ATP de Viña del Mar por parciales de 6-7, 7-6 y 6-4.
Y su triunfo adquiere mayor relevancia ya que desde ahí el español no ha perdido más en el circuito. Es por eso que el oriundo de Mar del Plata aún recuerda ese domingo en el Club Naval de Las Salinas y todo lo que vino después de eso.
"Lo que más me sorprendió fueron las felicitaciones de casi todo el circuito, de otros jugadores. No esperaba tener tanta repercusión", dijo Zeballos durante una entrevista con la agencia dpa en Montecarlo, donde el martes cumplió otro sueño, el de jugar por primera vez en la mítica cancha central al borde del Mediterráneo, donde fue derrotado ajustadamente por el croata Marin Cilic.
"Que tus colegas te feliciten es algo muy lindo", insistió Zeballos, que tiene razones para sentirse pleno tenísticamente.
Y con esa victoria, Zeballos quizás sin saberlo, entró de lleno en la historia: sólo él, el suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic fueron capaces de batir alguna vez al español en una final sobre arcilla. Eso ya no se lo quita nadie a Zeballos, que ocupa esta semana el puesto 40 del ranking mundial.
El argentino seguirá disfrutando del "año más lindo" de su carrera y recordando lo sucedido en Viña del Mar. "A veces jugando contra tenistas de mejor nivel y ranking me digo que si pude con Rafa, también puedo con ellos".
Incluso, antes de esa final, Zeballos escribió en su cuenta de Twitter que se preparaba para enfrentarse "a Dios".
"Él es uno de los mejores jugadores de la historia, más en tierra. Las poquitas chances que tuve las aproveché y eso me hizo ganar". Zeballos ríe -"fue además en un punto muy importante"- cuando se le recuerda un revés paralelo con slice en el tramo decisivo del encuentro, punto y golpe que es considerado por los expertos como uno de los mejores en mucho tiempo.
"Después de ese torneo fui a Brasil, donde no hay una cultura tenística muy grande. La gente me sacaba fotos, me pedía autógrafos, fue lindo".
Nadal, admite, probablemente "no estaba al cien por ciento" en su primer torneo tras siete meses de ausencia por lesión, aunque a partir de Chile encadenaría títulos en Sao Paulo, Acapulco e Indian Wells.
"Lo noté con muchas ganas de ganar un torneo, lo vi demasiado energético y eso le jugó quizás un poco en contra. Después de eso no perdió ningún partido más".