SANTIAGO.- Tenía 14 años cuando Lorenzo Enrique Reyes Vicencio fue a probar suerte a Colo Colo. Desde el cuadro albo nunca tuvo una respuesta de que si quedaba o no en las divisiones menores, por lo que se aburrió y no fue más. Pero el pasado miércoles, en el amistoso de la selección chilena ante Brasil, deslumbró a todos y comenzó a obtener los elogios que hoy lo tienen como una de las grandes promesas para el esquema de Jorge Sampaoli.
Pero no todo ha sido felicidad para el "Lolo", como le gusta que lo llamen. En su infancia vivía en la comuna de El Bosque y sólo pensaba en jugar fútbol, nunca se proyectó con estudiar alguna carrera. Salía de su colegio, el Complejo educacional particular Las Acacias, y estaba toda la tarde compartiendo con sus amigos en la calle. Aunque no todos llegarían al lugar que ocupa Reyes en la actualidad.
"El entorno que me rodeaba no era bueno. Era peligroso, y lamentablemente tengo amigos que por desgracia están presos", confiesa a Emol el capitán de Huachipato.
Hoy vive en Concepción junto a su novia, pero no se olvida de estos tiempos. Eso sí, reconoce que para no meterse en problemas "no los visito (a los amigos presos), pero hablo con sus familias, y los ayudo en todo lo que pueda".
Hijo de madre dueña de casa y de padre que trabaja en la construcción, el volante es el único hombre ya que tiene cuatro hermanas. Y la pasión de ser futbolista la tuvo desde la cuna, pues su papá se dedicó a jugar profesionalmente.
"Pero aguantó dos partidos nomás en Cobreloa y se vino de vuelta a Santiago por amor a mi mami", cuenta entre risas.
Ya en su infancia destacaba sobre el resto por sus condiciones futbolísticas, aunque en esa época jugaba como volante de creación. Y un viaje junto a la selección de su colegio a Talcahuano le cambió la vida. Ahí fue observado atentamente por los veedores del cuadro acerero y muy en especial por el equipo de divisiones menores que encabeza Carlos Felipe Pedemonte. Y se fue para el sur.
La familia lo apoyó en seguida, querían que cumpliera su sueño de ser futbolista profesional y que se alejara de las "malas juntas" en El Bosque. Ya en Talcahuano poco tiempo pasó para que diera el salto al primer equipo.
"Llegué a la sub 17. Ese año salimos campeones en esa serie y justamente el 'profe' (Fernando) Vergara andaba viendo la final, anduve bien y después de unos días me dijo que me tenía que ir a hacer la pretemporada con el primer equipo y ahí quedé. Todo ha sido muy rápido", recuerda.
Su meteórica carrera continuó en los actuales campeones del fútbol chileno. Y a tanto llegó su identificación con el club, que recién a los 21 años ya fue escogido capitán. "Es un orgullo, me siento muy contento de este reconocimiento en el cuadro que me dio la posibilidad de surgir", agrega Reyes, quien cuenta que en el conjunto acerero con los que más comparte es con los formados en casa, tales como Carlos Labrín o Juan Carlos Espinoza, con quienes se junta habitualmente a hacer un "asadito".
El salto a la selección nacional
Sus buenas actuaciones en el equipo sureño le abrieron las puertas a los llamados a la selección. Todo comenzó el 2010, y con 19 años, cuando Marcelo Bielsa lo cita como sparring para preparar al equipo de honor de la "Roja" que disputaría el Mundial de Sudáfrica. De esa época, el "Lolo" recuerda que trabajaban "a full. Aprendí mucho estando con él, por algo es uno de los mejores técnicos del mundo. Nos sacaba el 'jugo', nos exigía el doble que a los estelares porque nos hacía trabajar en doble jornada. Ahí no se iba a lesear y eso te ayuda mucho en la mentalidad". Y jamás olvidará su experiencia como sparring en el continente africano, acompañando a la adulta que llegó hasta octavos de final de la cita planetaria.
Posteriormente llega Claudio Borghi a Juan Pinto Durán y lo convoca a la selección local que jugó partidos en México, Paraguay y Perú. Y Reyes es enfático en aclarar una de las grandes críticas contra el trasandino. "Lo que se habló de que era flojo es falso. Igual da rabia porque uno sabe como son las cosas. Bielsa trabajaba más el ahogo, pero Borghi trabajaba muy bien, mucho más la técnica y era cercano al jugador", desclasifica.
Ahora, y con el arribo de Jorge Sampaoli a la banca de la selección, nuevamente fue tenido en cuenta para los amistosos con jugadores del medio local. Su prueba de fuego fue el miércoles ante Brasil en Belo Horizonte. Y no defraudó.
"Después del partido el 'profe' me felicitó, me dijo que había hecho un muy buen partido, que estaba feliz por mí. Me entregó toda la confianza. Desde el día que llegué supe que iba a ser titular, desde el primer entrenamiento, toda la semana. No estoy ilusionado con que me llame a las clasificatorias, todo a su tiempo, pero si me llama iré con todo el ánimo", revela.
Pero ese partido, jamás se le olvidará. Ese día en el estadio Mineirao cumplió su sueño de toda la vida: estar en la misma cancha junto a su ídolo, Ronaldinho Gaúcho. Y para suerte lo tuvo que marcar. Y ganó en el mano a mano.
"No se puede explicar, lo soñé siempre desde chico y nunca pensé en mi vida que lo podía cumplir. Al principio cuando me llamaron me pasé todos los rollos, que me iban a llamar, que iba a estar frente a él, no lo podía creer. Pero después en el partido se me olvidó, éramos rivales e intenté de hacer lo mejor posible. Al final le dije que siempre iba a ser el mejor del mundo, que era mi ídolo. Él me dijo súper humilde gracias, que yo también había jugado bien. Intercambiamos camiseta y esa la voy a enmarcar...fijo", dice con emoción.
Ahora, Reyes confiesa que ya cumplió un ciclo en Huachipato, que ya es hora de partir. Quiere regresar a Santiago para estar en uno de los "grandes" y sobre todo para estar más cerca de su familia y amigos; sin perder las esperanza que Sampaoli lo vuelva a nominar.