El búlgaro Grigor Dimitrov, para muchos especialistas, juega muy similar al suizo Roger Federer.
AFPSANTIAGO.- Martes 7 de mayo. La cancha principal de estadio Manolo Santana de Madrid enmudece. La gran figura del tenis mundial, el número uno del orbe, el máximo favorito del Master 1000 de la capital española, el serbio Novak Djokovic, cae derrotado ante el joven búlgaro Grigor Dimitrov (28° de la ATP) por parciales de 7-6, 6-7 (8) y 6-3.
Para muchos una caída sorpresiva, pues en el papel todo indicaba que el oriundo de Belgrado ganaría sin mayores problemas, sin embargo, el jugador de 21 años dijo otra cosa.
Impuso su tenis. Su derecha estuvo letal, el servicio preciso y su juego de fondo de cancha destacó con una movilidad notable. Pero aquellos que conocen bien a Dimitrov saben que lo que consiguió ante Djokovic no es casualidad, ni mucho menos algo para sorprenderse.
Hace más de tres años que el nacido en Haskovo, quien cayó el jueves en los octavos de final frente al suizo Stanislas Wawrinka, viene sumando elogios, y esas loas hoy toman fuerza con la comparación que lo sitúan - hace rato - al nivel de uno de los mejores, o quizás el mejor, de la historia del tenis: el suizo Roger Federer.
"Baby Fed", así le apodan a Dimitrov los especialistas. Apodo que comienza cuando ingresó al profesionalismo en 2008, debido a su juego similar al del campeón helvético, a quien, según propia confesión, imitaba en sus tiros.
Desde ese momento ya se podía ver con claridad que el drive o el revés a una mano del búlgaro, los golpes a la carrera, la tendencia a jugar casi de sobrepique, el tenis clásico adaptado a la velocidad y gestos entre los puntos parecían calcados a los de Federer.
Pero Dimitrov se lo toma con cierta tranquilidad. Es más, se molesta cuando le recalcan su parecido al suizo. "Estoy enfermo y cansado de las comparaciones entre mi juego y el de Roger Federer".
Sus comienzos y un futuro prometedor
Grigor Dimitrov se crió en un ambiente totalmente deportivo con su padre Dimitar, quien le inculcó el tenis a los cinco años, y su madre María, quien era profesora de deportes y ex jugadora de vóleibol.
Sus mayores hobbies son los autos y los relojes, además de pasar tiempo en el computador. Dimitrov tuvo una destacada carrera en juniors donde obtuvo los títulos de Wimbledon y US Open en 2007, que finalmente lo llevaron a ser el mejor del mundo en el circuito juvenil para menores de 18 años.
Sin embargo, la transición hacia profesionales no fue tan rápida como se esperaba. En 2008 comenzó jugando futuros y terminó la temporada en el puesto 482° y al año siguiente empezó a incursionar en torneos grandes,. En el ATP de Rotterdam dio su primer aviso al mundo al eliminar en su debut al checo Tomas Berdych, y luego cayó en un estrecho encuentro contra el español Rafael Nadal, quien en ese momento era número uno del mundo.
Pero luego de eso volvió a estancarse y si bien pudo avanzar en el ranking, nunca alcanzó la notoriedad que se esperaba hasta 2012, cuando logró tres semifinales ATP y llegó al puesto 48°.
Además, este año consiguió su primera victoria sobre un top ten, ante el mismo Berdych en Miami, tomando confianza y dando el salto definitivo. Es más, logró la mejor jugada del 2012 en el triunfo sobre el serbio Viktor Troicki en el ATP de Basilea, demostrando que su nivel y las comparaciones con Federer no eran algo al azar.
Este 2013 el curriculum del búlgaro señala que llegó a la primera final de su carrera en el ATP de Brisbane, donde cayó ante el escocés Andy Murray, y llegó a cuartos de final del Masters 1000 de Montecarlo, instancia en la que estuvo a punto de vencer al español Nadal.
Es el momento de "Baby Fed", ese que muchos querrán ver esta nueva semana en el Masters 1000 de Roma, con sus golpes y movimientos similares a ex número uno del planeta Roger Federer, aunque al él no le guste esa comparación.