Católica sigue en la pelea por la corona. La U le dijo adiós.
Héctor Yáñez, El MercurioSANTIAGO.- La goleada de Universidad Católica sobre la U. de Chile en la edición 173 del clásico universitario, dejó a los cruzados con la ilusión viva de conseguir un nuevo campeonato.
Revise aquí lo que no se vio por las pantallas de televisión del gran triunfo de los de la precordillera.
Visitas ilustres
A las 11:32 horas hizo su arribo a San Carlos de Apoquindo el técnico de la selección chilena, Jorge Sampaoli, junto a su ayudante técnico, Sebastián Becaccece. Los trasandinos fueron saludados por algunos hinchas que se percataron de su presencia y muy en especial por Carlos Délano, integrante de la Comisión Fútbol de Azul Azul, quien les consultó “¿cómo les fue en Europa?, Parece que bien ah”, haciendo alusión al inminente regreso de David Pizarro a la “Roja”.
Durante el cotejo, la dupla técnica del combinado nacional estuvo en una caseta y su gran momento de preocupación llegó cuando Charles Aránguiz se resintió en el primer tiempo. Inmediatamente Becaccece miró la repetición de la jugada a través de un televisor y con cara de preocupación le indicó a Sampaoli que se percatara de lo ocurrido. La expresión del casildense no fue de las más alegres.
Y solo unos minutos antes de que Jorge Osorio diera inicio a las acciones, llegó el presidente de la República, Sebastián Piñera, quien se ubicó en el palco principal junto al timonel de Cruzados SADP, Jaime Estévez, y al intendente metropolitano, Juan Antonio Peribonio. También fue posible ver la presencia de los ministros Andrés Chadwick y Luciano Cruz-Coke, más otras personalidades del mundo político.
Jugadores que se creyeron técnicos
Minuto 30 del primer tiempo y toda la banca de Católica comienza a realizar los trabajos de calentamiento junto al preparador físico. Piques cortos y elongaciones eran la tónica, pero hubo tres jugadores que dejaron de lado sus trabajos y comenzaron a dar indicaciones a sus compañeros.
Fabián Cerda, Rodrigo Valenzuela y Carlos Bueno se creyeron técnicos y no pararon de gritarle a cada uno de sus compañeros. “Enzo, no aflojes”, fue uno de los llamados de atención del delantero uruguayo a Andía. Incluso, en un lateral, Cerda se acercó a Cristián Álvarez, le pasó una botella con agua y le comenzó a indicar que tenían que salir tocando el balón y aprovechar los pelotazos de Carlos Villanueva, ya en el segundo lapso.
Por su parte, y una vez que Martín Lasarte ya había realizado las tres modificaciones, los que no entraron se fueron a sentar a la banca, menos Valenzuela, quien seguía dando instrucciones. Tuvo que llegar el cuarto árbitro para indicarle que debía volver junto al resto de sus compañeros.
Festejo cruzado en la cancha
Una vez que Jorge Osorio pitó el fin del partido, en la cancha de San Carlos de Apoquindo se vivió una especie de fiesta y de celebración por lo obtenido. Todos los jugadores cruzados se reunieron en el centro de la cancha y comenzaron a correr hacia los lados donde estaban sus hinchas para agradecerles por el apoyo.
Incluso los que no estuvieron presentes, tales como Álvaro Ramos y Fernando Meneses, entre otros, también hicieron su entrada al campo de juego, mientras que por los parlantes se incitaba a la barra a despedir con todo al cuadro que cumplió su tarea y que ahora deberá esperar la última fecha para ver si festejan un nuevo título.
Por su parte, los futbolistas de la U hicieron lo mismo, se acercaron al sector donde estaban sus 600 aficionados y les regalaron sus camisetas en señal de agradecimiento. Una vez más el más vitoreado por todos fue Johnny Herrera, quien con la pena por la derrota, igual se dio tiempo para saludar a “Los de Abajo”.
Mesura en el camarín de la UC
Y así como se vivió una gran celebración en la cancha, se esperó que en camarines continuara. Sin embargo la mesura fue la que predominó en los vestuarios del ganador Universidad Católica.
Uno a uno fueron abandonando el estadio los jugadores del cuadro de la precordillera, y todos con la misma consigna: “Conseguimos algo importante, pero no depende solo de nosotros”. Los cruzados eran esperados por sus parejas y familias y se retiraron cada uno en sus vehículos particulares.
Mientras que en el otro costado, los futbolistas laicos no tenían ganas de hacer mayores declaraciones, y solo Johnny Herrera encendió un poco el ambiente con su declaración de “nos ganaron bien pero igual saldrán segundos”. Los dirigidos por Darío Franco se retiraron todos juntos en el bus del club y los ánimos no eran de los mejores en su interior.
El vía crucis de Velázquez
Los jugadores de la Universidad de Chile no lo pasaron nada de bien con la goleada en contra. Y uno de los que más sufrió fue el lateral trasandino Sergio Velázquez. Durante todos los minutos que jugó, jamás pudo afirmarse en el campo de jugo, se resbaló un par de veces y siempre fue superado en su costado ya sea por Ismael Sosa, Alfonso Parot o las arremetidas de Fernando Cordero.
Por su lado salió el primer gol cruzado tras un gran carrerón del ex Unión Española, que dejó desparramado en el piso al argentino. En más de una ocasión pidió disculpas por no llegar a un pase o por perder el balón. Además, toda la hinchada azul repudiaba su actuar y pedía su cambio. Cuando Franco se decidió por reemplazarlo, Velázquez pasó por la cabecera donde estaban los simpatizantes laicos y solo se sintieron unos tibios aplausos.