Gutiérrez ya había conversado con el DT y su llegada iba por buen camino.
El Mercurio
SANTIAGO.- La salida de Marco Antonio Figueroa de la banca de Cobreloa no sólo generó reacciones encontradas en Calama, sino que también afecta directamente en el futuro deportivo de la institución.
Incluso un grupo de hinchas inició una campaña en redes sociales para alegar por la desvinculación del estratega. Pero el gran problema que acarreará la partida del "Fantasma" es que era el nexo entre el club y dos de los jugadores que estaban a un paso de llegar: Roberto Gutiérrez y Paulo Garcés.
El delantero, quien ayer fue notificado que no seguirá en Colo Colo, tenía el aval de Figueroa para partir al cuadro loíno e incluso ya habían sostenido conversaciones personales entre ambos.
Es más, el mismo DT solicitó expresamente a la dirigencia que hiciera los esfuerzos económicos para contratar al atacante, quien mensualmente recibe 16 millones de parte del cuadro albo.
Así, y ya sin Figueroa, se ve cada vez más complicado que Gutiérrez vista la camiseta naranja en la próxima temporada, y de paso, le devuelve el problema a Colo Colo, ya que, de no prosperar lo de Cobreloa, deberá buscarle otro destino al ex Universidad Católica.
El entrenador también había avalado la contratación de Paulo Garcés, quien está buscando nuevos rumbos para tener la continuidad que hace rato quiere.
La salida o no del meta de los azules pasa en gran parte además por lo que ocurra con Johnny Herrera, ya que si el seleccionado se mantiene en los universitarios, el ex Unión La Calera partirá del conjunto laico.
Pero también, la partida del técnico acarrearía que cinco jugadores lo sigan. Alejandro Vásquez, Pablo "Mota" González, Francisco Pizarro, Santiago Dittborn y Diego Silva "solidarizarían" con el entrenador y harían sus maletas para dejar Calama.