FORTALEZA (Brasil).- En dramática definición por penales España derrotó este jueves a Italia y este domingo chocará frente a Brasil en la final de la Copa Confederaciones.
Los hispanos vencieron por 7-6 a los itálicos tras igualar 0-0 en los 90 minutos disputados en la ciudad de Fortaleza.
Italia sorprendió a los actuales campeones del mundo y de Europa, con control del balón y pases en profundidad que no pudieron ser concretados ante el arco de un equipo ibérico que estuvo muy por debajo de su nivel.
Los penales de España fueron convertidos por: Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Gerard Piqué, Sergio Ramos, Juan Mata, Sergio Busquets y Jesús Navas.
En tanto, por Italia marcaron: Antonio Candreva, Alberto Aquilani, Daniele De Rossi, Sebastian Giovinco, Andrea Pirlo, Riccardo Montolivo y Leonardo Bonucci lo desvió.
Tras un partido muy igualado en el que Italia fue superior en los primeros 45 minutos, el duelo se decidió desde el punto de penal. Después de 12 disparos perfectos, el defensa Leonardo Bonucci mandó la pelota alta y Jesús Navas certificó el triunfo que permitirá ver el domingo la final soñada ante el anfitrión.
Como en las Eurocopas de 2008 y de 2012 y el Mundial de 2010, España, que ganó los tres torneos, alcanza la final tras haber superado una tanda de penales. El domingo buscará el último título que le resta y completar cinco años con plenos de títulos.
El seleccionador italiano, Cesare Prandelli, decidido a olvidar el 4-0 de la final de la Eurocopa de hace un año, recurrió al sistema que le dio buenos resultados en el primer partido entre ambos en el torneo continental con tres defensas. Bonucci, Andrea Barzagli y Giorgio Chiellini están acostumbrados a proteger el arco de Gianluigi Buffon y la espalda de Andrea Pirlo en la Juventus de Turín.
Prandelli pobló también el centro del campo para arropar a Pirlo y dificultar el fútbol de España, que jugó de inicio con un delantero nato como Fernando Torres.
Y efectivamente, el partido se pareció poco al de la final de la Eurocopa que ganó España por 4-0. En los cinco días de descanso Italia tuvo tiempo de preparar física y tácticamente el partido y lo demostró.
Aceptó dar la pelota más tiempo a España, algo que seguramente iba a suceder aún sin quererlo, pero provocó con su presión alta que la tuvieran los defensas. Sergio Ramos, Gerard Piqué y Sergio Busquets estaban marcados al hombre en los inicios de jugada para provocar que el portero Iker Casillas tuviera que dar un pase largo intrascendente.
La primera aproximación del partido fue de Pedro, pero fue un espejismo. España lanzó sólo dos veces a puerta en los primeros 45 minutos, ninguna en el arco de Buffon, mientras que Italia disparó nueve, cuatro entre los tres postes.
Italia, muy compacta, hizo mucho daño en sus salidas, sabiendo muy bien qué hacer con la pelota. Pirlo y Daniele de Rossi encontraron el hueco para las llegadas desde los costados de Christian Maggio y de Emanuele Giaccherini y del omnipresente Antonio Candreva, hábil entre líneas.
La "azzurra" jugaba rápido, al primer toque, sin dejar que España, mucho más apática que su rival, armara su defensa.
El ariete Alberto Gilardino, muy bien en el juego de espaldas al arco, realizó el primer remate peligroso en el minuto 15. Una fulgurante salida de Italia con pase largo de De Rossi obligó a intervenir a Casillas ante la llegada de Maggio.
España sufría, no encontraba la manera de romper la tela de araña de Italia y sólo buscaba los cambios de ritmo de Andrés Iniesta.
"Italia, Italia!", gritaba el estadio Castelao de Fortaleza, que no sentía especial ilusión por ver un Brasil-España en la final del domingo.
Giaccherini cruzó para Maggio en el 36' y de nuevo tuvo que intervenir Casillas. España replicó con una jugada inventada por Torres, que quebró la cintura de Barzagli pero su remate de zurda ante Buffon se marchó fuera.
Italia llegaba en rápidas acometidas al área de España, atacando el espacio, con profundidad y con muchos hombres, pero tampoco aprovechó las ocasiones de De Rossi y Claudio Marchisio, y su oponente, aunque sofocado, seguía vivo.
El sudor provocado por el fuerte calor en la tarde de Fortaleza se congeló en la nuca de los campeones del mundo. El seleccionador, Vicente Del Bosque, se esforzó por explicar a sus futbolistas en el túnel de vestuario antes del segundo tiempo dónde estaba la salida del laberinto de Prandelli.
El técnico italiano introdujo a Riccardo Montolivo por Barzagli, cuya posición en la zaga la pasó a ocupar De Rossi. Del Bosque buscó abrir el campo con el extremo Jesús Navas.
España contuvo más a Italia, pero seguía sin encontrar el camino a Buffon, muy atacado en la primera fase (41 disparos a su arco en tres partidos) pero que hoy tuvo una tarde plácida. Lo intentó Iniesta con un slalom en el 64'.
El partido perdió ritmo e Italia se adueñó de la pelota ante una España que intentó apostar por el contragolpe. La salida al campo de Juan Mata por Pedro fue contestada por Prandelli, que dio entrada a Alberto Aquilani en lugar de Marchisio.
En la recta final las decisiones tenían mucho que ver con el aspecto físico. Una subida de Piqué en el minuto 85 estuvo a punto de evitar una prórroga que agradeció Italia, algo ahogada al final. Prandelli había pedido un partido equilibrado los 90 minutos y lo tuvo.
Tiempo de hidratarse, de masaje y de instrucciones antes del tiempo extra en el que el escurridizo Sebastian Giovinco reemplazó al esforzado Gilardino.
La prórroga comenzó con una nueva oportunidad de Italia, pero el remate de Giaccherini se estrelló en el palo derecho de Casillas. Del Bosque renunció al delantero, Torres, por el centrocampista defensivo Javi Martínez, que se ubicó de atacante. Una rareza. La partida de ajedrez alcanzaba niveles desconocidos.
España estuvo cerca del gol con varios córners y un remate de Jordi Alba tras pase magistral de Iniesta. En el 115' Xavi también igualó el partido a remates al poste con un disparo lejano que llegó a tocar Buffon. El rechace no lo aprovechó Martínez, el delantero más "falso" de la historia de la selección roja, quien tuvo otra ocasión más al final.
España lo intentó con el punzante Navas, pero todo estaba abocado a la definición desde los 11 metros, donde nació la leyenda de España en cuartos de final de la Eurocopa de 2008 precisamente ante Italia. Y la leyenda continúa.