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Tenis: El drama de la uno de Chile que no tiene dinero para su carrera

Cecilia Costa Melgar tiene 20 años y actualmente es la 375° del ranking mundial WTA. Sin embargo, su ascendente nivel podría quedar truncado al no tener dinero para viajar y encontrarse sin técnico.

06 de Julio de 2013 | 16:58 | Por Felipe Lagos, Emol

SANTIAGO.- Cecilia Raquel Costa Melgar tiene 20 años y actualmente es la 375° del ranking mundial WTA. Es la mejor raqueta nacional y hace tres años fue doble medallista de oro en los Odesur del 2010.

Sin embargo, su presente está lejos de ser el mejor. Pese a ser la tenista nacional de mejor posición en el escalafón planetario, se quedó sin recursos para continuar con su gira internacional, un hecho que pone en peligro el resto de su carrera profesional.

La jugadora que comenzó a jugar a los siete años en Villa Alemana, siempre destacó a nivel junior representando a nuestro país y en su transición al circuito mayor ha dado grandes pasos, especialmente en 2012 -la temporada de su despegue-, en la que ganó tres torneos en la gira ITF. Además, desde los 15 años es miembro del equipo chileno de la Fed Cup.


En conversación con Emol, Costa analizó su complicado presente y cuenta de su problema económico, que amenaza con poner fin a su promisoria carrera en la WTA, de la cual espera ser la mejor del planeta algún día.

"He tenido bastantes problemas económicos últimamente. Hasta enero tuve apoyo de ADO pero eso se terminó. Ahora han sido mis padres quienes han financiado mi carrera, pero el dinero se está acabando y no sé que pasará ahora. Estamos hablando de cerca de 25 millones de pesos al año para viajar al extranjero y poder jugar los torneos", contó.

Costa es una amante del tenis desde pequeña, una situación que la tiene muy complicada ya que no ve otro horizonte en su vida, incluso no posee una segunda opción en caso de dejar la actividad que le apasiona.

"Si no consigo recursos para viajar no voy a poder seguir jugando, tendría que quedarme en Chile entrenando solamente, no se que pasará. A mí me encanta el tenis, lo he jugado toda la vida, pero si no hay plata no puedo hacer nada, me quedó acá esperando y sin ayuda", se lamentó.

Agregó que "en mi caso sólo me dedico a jugar tenis, no estoy estudiando. El caso que tenga que dejarlo no lo he pensado, no se que haré, habrá que buscar la segunda opción, pero lo que me gusta es el tenis".

Sin entrenador y en búsqueda de resultados

En el 2013, Costa no sólo ha tenido dificultades fuera de los courts. No tiene entrenador fijo, una materia que espera solucionar pronto, y además, no ha podido ratificar su gran 2012 con buenos resultados, que ahora la mantienen como la número uno del país.

"El hecho de no estar con entrenador me complica mucho. Él es Carlos Marchant, pero está viajando normalmente con los juniors y por eso ahora he estado en los torneos sola. Acá entrené en la academia de Robinson Gamonal y me cambié al Club Manquehue donde actualmente me han prestado canchas para poder entrenar", indica.

Añade que "necesito alguien que me guié y me diga que haga esto, que no haga lo otro y mantenerme concentrada dentro de la cancha. Es importante tener con quien planificar lo que hay que hacer en cada partido, como enfrentar a cierta jugadora y qué características tiene".

Evaluando su temporada actual, Costa rescata lo bueno que ha realizado y espera recuperar el nivel del año pasado para recuperar el terreno perdido.

"Mi año no ha sido tan bueno, influye bastante lo anterior. A principios de año tuve dos buenos resultados (una semifinal y un cuartos de final en Sudamérica), pero luego cuando viajé a jugar a Europa no pude repetirlos. Además eran cuadros más complicados contra jugadoras más potentes", relató.

Por otro lado, una lesión en una mano la dejó al margen de la gira que debía disputar en Brasil. "Ahora me lesioné una mano y me tuve que borrar de algunos torneos en Brasil que tenía en mi calendario. Ya en Europa ya venía con dolores insoportables y dejé la gira para tratarme".

Estandarte de una generación

Costa es parte del cuarteto de 1992, una generación de tenis femenino en Chile que colocó en el circuito profesional a Camila Silva (456°), Fernanda Brito (380°) y Daniela Seguel (407°), las mejores jugadoras del país en la actualidad junto a Andrea Koch (561°), que aún quema sus últimos cartuchos en la WTA.

La jugadora de la V región siente que esta camada ha puesto nuevamente en el mapa al tenis de nuestro país en el plano internacional y que pueden dar mucho más.

"Esta generación del tenis femenino viene en alza, el grupo del 92 con Brito, Silva y Seguel siempre estuvimos en los torneos sudamericanos y supimos que íbamos a llegar arriba por el nivel que teníamos", comentó.

Es más, la última semana Seguel logró un gran resultado en un challenger en Francia, lo que refleja su gran ascenso. "Daniela está muy bien, jugando a otro ritmo, la vi en Europa y está ascendiendo de a poco. Ella entrenó mucho tiempo allá y se nota porque se ve mucho mejor en los torneos, no tengo dudas que puede seguir ascendiendo en el ranking, está muy feliz y cómoda por el momento que vive".

Sobre su experiencia personal, señala que "es difícil meterse en esos torneos más grandes, me veo preparada para jugarlos, ya estuve en Europa y la idea es mantenerse allí, creo que me falta continuar con un entrenador fijo que es fundamental en el circuito".

Su juego y sus referentes

Acerca de su juego, Costa se sonroja al calificarse de ser "una jugadora agresiva, que corre mucho dentro de la cancha, nunca se da por vencida y me gusta pelear todos los puntos".

Y sobre su jugadora favorita y la cual trata de seguir nombra a la belga Justine Henin, ex número uno del mundo.

"Ella es mi referente, era una jugadora muy talentosa, además sobresalía por ser muy chiquita igual que yo. La admiro mucho también porque tuvo una vida muy complicada y supo superar los problemas que enfrentó, es un ejemplo en todo sentido", sostuvo.

Es Cecilia Costa, la mejor raqueta del país, pero como tantos casos de deportistas nacionales corre el riesgo de terminar una prometedora historia por la falta de recursos y no por la falta de capacidad. Un hecho que esperar revertir y seguir en búsqueda de su sueño: llegar a la cima de la WTA.