BELO HORIZONTE.- El equipo brasileño de Atlético Mineiro libra una pugna con la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) para sacar del estadio Mineirao la disputa de la finalísima de la Copa Libertadores de América contra el Olimpia paraguayo, que se jugará el 24 de julio próximo.
La Conmebol exige que las finales de la Libertadores se celebren en estadios con capacidad para recibir a un público de al menos 40.000 personas, y por esto se niega a permitir que el Mineiro juegue el partido decisivo en el estadio Independencia -con capacidad para un público de 26.000 personas-, donde actuó hasta ahora en el torneo continental.
El presidente del Mineiro, Alexandre Kalil, sostuvo que esa decisión de la Conmebol es "una bellaquería", y advirtió que, de no lograr un cambio de estadio, defenderá que los clubes brasileños se abstengan de jugar las futuras ediciones del torneo continental: "De seguir esa bellaquería, es mejor que los brasileños no disputen la Libertadores".
El principal argumento de Kalil es el de que la norma sobre la capacidad de público de los estadios es violada regularmente por la propia Conmebol, que autorizó la disputa del partido de ida de la final en el estadio Defensores del Chaco, de Asunción, que "no tiene 40.000 asientos".
En una entrevista que publica hoy el portal brasileño UOL, Kalil aseguró que, pese a que la Conmebol ya definió al estadio Mineirao como escenario de la revancha, confía en salir vencedor en la pelea con el ente continental, gracias principalmente al apoyo que recibió de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
"Ellos (la CBF) divulgaron una nota en la que afirman que el Atlético Mineiro tiene derecho a jugar en el estadio Independencia. No creo que la CBF vaya a perder una disputa con la confederación paraguaya y con la Conmebol. No hay la más mínima posibilidad de que ello ocurra, en razón de la fuerza del fútbol brasileño", afirmó.
La máxima entidad del fútbol brasileño divulgó el sábado un comunicado, en el que afirma que el pedido del Mineiro es "legítimo y respaldado por el sentido de justicia".
"La CBF no quiere hacer polémica con la Conmebol, entidad a la que es afiliada y con la que mantiene las mejores relaciones, pero sí desea luchar por una demanda que considera legítima", afirmó el presidente de la entidad, José Maria Marin.
El dirigente argumentó que el estadio Independencia "es la casa del Atlético Mineiro y es en su estadio que debe disputar la final de la Copa Libertadores, así como el Olimpia jugará en su casa, el Defensores del Chaco, que tampoco tiene capacidad para 40.000 personas".