SANTIAGO.- El pasado fin de semana el
equipo chileno de Copa Davis sentenció su descenso a la tercera división de la competencia por equipos, luego de caer sin apelación ante República Dominicana 4-1 en Santo Domingo.
Para muchos este fue un resultado inesperado y que dejó a la escuadra nacional con un futuro incierto, debido al bajo nivel que mostraron la primera raqueta criolla Paul Capdeville y la joven promesa Christian Garín.
Por ello, tras la derrota con los caribeños de inmediato se alzaron las voces exigiendo un recambio total del equipo y "apostar, de una vez por todas por la juventud de Garín, Nicolás Jarry, Bastián Malla, Gonzalo Lama y Guillermo Núñez", dejando fuera a Capdeville y Jorge Aguilar.
Pero la tarea para volver al Grupo Mundial de Copa Davis no será nada de fácil, pues los nacionales deberán ganar, al menos, tres series para poder ascender durante la temporada 2014.
Uno que vivió muy de cerca un momento similar fue el coach argentino, nacionalizado chileno, Horacio de la Peña, quien fue capitán de los criollos desde el 11 de julio de 2003 hasta el 4 de marzo de 2005, pero en la cancha el puesto lo ocupó Sergio Elías.
En ese entonces, Chile pasó de jugar el repechaje por el descenso a la Zona Americana II ante Venezuela en 2003 a alcanzar un cupo en el Grupo Mundial por primera vez en 20 años en el 2005.
Eso incluyó un 2004 notable, donde el elenco nacional barrió a Perú y Ecuador en la Zona Americana I (ambos por 5-0) y posteriomente aplastó a Japón en el playoff del Grupo Mundial para volver a primera de la mano de Massú y González, quienes recién habían conquistado la gloria olímpica en Atenas.
"Ser capitán de Copa Davis fue una experiencia maravillosa. Ganamos tres series seguidas sin perder ningún set, además Fernando (González) estaba pasando por un momento tremendo, y eso nos ayudó mucho a lograr el objetivo que era llegar al Grupo Mundial", contó De la Peña a
Emol, en plena sesión matinal de entrenamiento en su academia.
Y el adiestrado no tiene problemas para revelar cómo logró que sus dirigidos consiguieran en casi dos años instalarse en la serie de los 16 mejores equipos del planeta, que en 2006 y 2010 pudo llegar incluso a cuartos de final del Grupo Mundial.
"La clave es muy simple. Trabajamos muy duro y con cada jugador fuimos potenciado su nivel, sus mejores golpes y movimientos, y mejorando aquellas cosas que no veíamos bien", señaló.
De la Peña añadió que en esa época "entrenábamos con cada uno por separado, las veces que fuera necesaria. Y lo más importante es que hacíamos sentir que todos eran fundamentales para el equipo. El número uno o el cuatro eran iguales para mí, ya que uno en Copa Davis nunca da por seguro una titularidad".
Consultado por algún tipo de consejo para Belus Prajoux, actual capitán de Copa Davis, el entrenador es claro: "No puedo hablar, eso sería de muy mal gusto".
Y sobre el futuro del combinado chileno en la tercera división, aseguró que "yo soy muy optimista y confío en el recambio. Es verdad que el tenis chileno hoy no merece estar donde está, pero me parece que estos chicos que se están proyectando en el equipo tienen armas para evolucionar de buena forma".
Pero advirtió: "Lo importante será que no se les corte esa evolución, y es aquí donde la Federación de Tenis debe cumplir un papel preponderante con 'lucas', wild card, la empresa privada e influir en campañas".