El chileno y sus compañeros festejando el gol de la victoria en Inglaterra.
Reuters
SANTIAGO.- Fue la gran sorpresa de la jornada. El Basilea de Marcelo Díaz fue hasta Inglaterra y le ganó por 2-1 al Chelsea de José Mourinho en el primer partido del grupo E de la Champions League.
El volante chileno tuvo un muy buen rendimiento y jugó todo el encuentro que su equipo comenzó perdiendo, pero que con trabajo y gran fútbol logró dar vuelta el resultado y quedarse con la victoria.
El brasileño Oscar había puesto el partido cuesta abajo para los locales poco antes del descanso, pero el Basilea sorprendió a los ingleses en el minuto 71 y el 82 con dos goles, del egipcio Mohamed Salah y el suizo Marco Streller, que hundieron a un Chelsea que prácticamente no había creado ocasiones de peligro.
Fue Lampard, el capitán del equipo, en quien ya confiaba el técnico portugués durante su primera etapa "blue", quien dio la asistencia para el primer gol de los ingleses.
Segundos antes de que el árbitro italiano Daniele Orsato señalara el medio tiempo, el centrocampista recogió frente al área del Basilea un balón que le había dejado David Luiz y trazó un pase en profundidad para que fuera Oscar quien marcara el 1-0.
El remate del brasileño fue el primer tiro entre los tres palos del conjunto local durante la primera parte, en la que los suizos tampoco llegaron a poner a prueba al guardameta checo Petr Cech.
Al inicio del segundo tiempo, Oscar volvió a levantar a los aficionados de Stamford Bridge de sus asientos con un disparo envenenado desde el borde del área que se estrelló en el larguero.
El Chelsea parecía mantener el control del duelo, pero a falta de veinte minutos del final había creado ocasiones contadas ante la portería del Basilea.
Para tratar de dar profundidad a su centro del campo, Mourinho cedió el puesto de Willian a Mata en un intento de que llegaran más balones hasta las botas de Eto'o, que prácticamente no había entrado en juego.
Ese fue el momento en el que los suizos tiraron por primera vez entre los tres palos, un remate en diagonal del egipcio Mohamed Salah desde una esquina del área que se coló ajustado al poste izquierdo de la meta de Cech.
El gol cayó como un jarro de agua fría en Stamford Bridge, que no había visto un encuentro brillante de su equipo pero que pensaba que los tres puntos estaban ya asegurados.
Las cosas todavía podían ponerse peor para los de Mourinho: Cumplido el minuto ochenta, el suizo Marco Streller corrió hacia el primer palo a la salida de un córner para adelantarse a su marcador y remató de cabeza el segundo del Basilea, que dejaba al Chelsea sin puntuar en la primera jornada de la Champions.