PARIS.- Francia tendrá que remontar mañana el 2-0 en contra encajado ante Ucrania para estar en Brasil 2014, gesta que ningún equipo ha logrado hasta ahora en la repesca, donde le espera un rival que quiere consumar la sorpresa y clasificarse para el segundo Mundial de su historia.
El equipo que dirige Didier Deschamps se ha conjurado para la cita tras el desastroso resultado de la ida en Kiev, donde Ucrania encadenó su partido número once sin perder y presentó un muro defensivo y un contraataque más eficaz que el control futbolístico francés.
"Francia se llevó una bofetada. Hubo un equipo que jugó un partido de alto nivel. Nosotros jugamos un partido que, diría, parecía más un encuentro ordinario. Enfrente teníamos a un equipo que puso carácter, compromiso", dijo Deschamps en la concentración gala en Clairfontaine, junto a París.
El seleccionador, campeón del mundo y de Europa como jugador, cree en las posibilidades de los suyos, pero piensa que "el partido debe ser total en todos los apartados del juego".
Francia, que pudo superar a España en la liguilla, terminar primera de grupo y ahorrarse una eliminatoria a vida o muerte, acabó en la repesca, abundando en el desapego de su público, desencantado a golpe de escándalos extradeportivos, de un rendimiento modesto y de la indolencia que transmiten algunas de sus estrellas.
Y lo que sobre el papel debía ser un lance asequible para un equipo con talentos como Franck Ribéry, firme candidato al Balón de Oro, Karim Benzema, Samir Nasri o Patrice Evra, se convirtió en una pesadilla que despierta fantasmas del pasado.
En la memoria colectiva gala brilla con nitidez el partido de contra Bulgaria de 1993, una noche aciaga hace exactamente dos décadas, en la que Francia se quedó sin el Mundial de Estados Unidos'94.
Deschamps, protagonista en aquella debacle y capitán de la triunfal selección que después lideró Zinedine Zidane, confía en las opciones de los suyos y se agarra a un necesario mensaje de unidad y compromiso, más latente entre las instancias federativas que entre la prensa y los aficionados.
"Tenemos una posibilidad de darle la vuelta. Está ahí, es real. Poco importa que sea pequeña, mediana o grande", aseguró el técnico que debe despejar si Karim Benzema será titular, en detrimento de Olivier Giroud, y si el central Raphaël Varane recupera a tiempo su inflamada rodilla para sustituir a Koscielny, expulsado en Kiev.
Ucrania llegará a París dispuesta a aprovechar la ocasión histórica de clasificarse para el segundo Mundial en su corta historia y consumar la sorpresa mayúscula ante una selección considerada favorita en la eliminatoria.
En la ida a los ucranianos no pareció pesarles ni el cartel de estrellas como Ribery, ni el maleficio de las repescas mundialistas, ya que el equipo eslavo ha sido eliminado en las cuatro que ha disputado.
El problema para lo ucranianos radica en que dos de los principales protagonistas de la victoria, los centrales Kucher y Fedetsky, no jugarán en París, ya que el primero fue expulsado y el segundo no puede jugar por acumulación de amonestaciones.
El seleccionador ucraniano, Mijaíl Fomenko, ha intentado restar importancia a estas ausencias. Lo más probable es que el sustituyo de Kucher sea su compañero de equipo en el Shakhtar Donetsk, Rakitskiy, mejor con el balón en los pies, pero menos contundente.
El relevo de Fedetskiy será con toda probabilidad su compañero en el Dnipro del técnico español Juande Ramos, Mandzyuk.
Fomenko repetirá probablemente el resto del equipo, dado el buen rendimiento de sus futbolistas, en particular el brasileño nacionalizado, Edmar, y el goleador Zozulya (Dnipro), que le ha arrebatado el puesto a Devic (Metallist).
Ucrania, don Andréi Shevchenko en sus filas, alcanzó los cuartos de final en su única participación mundialista en Alemania 2006, donde cayó ante Italia, a la postre campeona.