Comienzan a distanciarse.
Marco Muga, El MercurioSANTIAGO.- No están comenzando bien este 2014 las relaciones entre la directiva de Universidad de Chile y su DT, Marco Antonio Figueroa.
Resulta que en Azul Azul no cayeron nada de bien las declaraciones del adiestrador ayer jueves cuando cuestionó la contratación del hasta ahora único refuerzo universitario para esta temporada, el zaguero Matías Caruzzo y además exigió la llegada de delanteros al equipo.
"Los dirigentes saben que para mí no era prioritario traer un central (...) Si no llegan los jugadores que tú conoces, es más larga la adaptación a tu sistema. Caruzzo se dio cuenta de que acá no jugamos igual que en Boca (...) En estos momentos anda mucho mejor Echeverría (Rodrigo, zaguero juvenil) que Caruzzo", apuntó.
Según publica El Mercurio este viernes, en Azul Azul no están de acuerdo y descartaron traer a los atacantes solicitados. A lo más que podría aspirar Figueroa es a que llegue un reemplazante por el lesionado Sebastián Ubilla, que tiene para cuatro meses de recuperación tras ser intervenido en el hombro. Para ello, la U necesita primero encontrar un club para Luciano Civelli.
"Ya tenemos a Isaac Díaz, a Gutiérrez, a Farfán y a Rubio", señalaron en la concesionaria.
El DT agregó que no quiere un volante central. "Cuando contrataron a Caruzzo, descarté al contención. Cambié prioridades por las lesiones", precisó.
Las declaraciones del "Fantasma" causaron molestia en un sector del directorio universitario, que no dejará de buscar un volante de quite: "No fueron acertados sus comentarios, hay un jugador recién llegado", señalaron, aunque otro dirigente apuntó que "acá hay libertad de expresión". No se descarta una reunión con el DT para analizar la situación y evitar que el tema de los refuerzos se convierta en un conflicto aún mayor.
Figueroa, consultado por la opción de Paredes en la U, dijo: "¿Sabís dónde me cuelgan aquí si lo nombro? Imposible. Es como llevar a Rivarola a Colo Colo. Me puedo traer a alguien que haya pasado sin pena ni gloria por allá, como Aránguiz o Magalhaes, pero a uno tan emblemático como Paredes, no".
Y Pablo Hernández, volante de O'Higgins, también recibió lo suyo: "¿A la selección? En este país pasa de todo. Tenemos suficientes jugadores como para pensar en uno que brilla cuatro meses y después va a estar cuatro años tirándoselas".