Sin embargo, consideró que Brasil va a superar el reto de acoger su primera Copa del Mundo desde 1950.
Además de los accidentes mortales en tres estadios -en Brasilia y Manaos también ocurrieron- existe una preocupación generalizada sobre la capacidad de Brasil para superar los problemas logísticos, incluyendo una red de transporte deficiente, aeropuertos en vías de ser reformados y los altísimos precios de los hoteles.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, criticó a principios de este mes el hecho de que Brasil iniciara tarde los preparativos para la Copa del Mundo, pese a que fue notificado en el 2007 de que sería el anfitrión.
Las críticas del mandamás del fútbol mundial ocasionaron la réplica de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien aseguró que la demanda de entradas, la mayor que se ha registrado en la historia de las copas, mostraban que los hinchas del mundo confiaban en el trabajo de ese país.
Valcke destacó ese hecho. "Nunca recibimos tantas solicitudes" para adquirir las entradas a una Copa del Mundo.
"Creo que tenemos unas 10 millones de solicitudes de boletos", dijo Valcke, quien en los próximos días visitará las subsedes de Cuiabá, Curitiba y Natal para monitorear el progreso de los estadios en esas ciudades.