Cristián Romero se enfocó en recuperar el aspecto anímico del plantel azul.
El Mercurio.SANTIAGO.- Devolverle la alegría al camarín. Esa fue la primera meta que se impuso, Crisitián Romero, el nuevo técnico de Universidad de Chile cuando asumió la banca de un equipo lleno de dudas y frustraciones.
En la era del ex DT azul, Marco Antonio Figueroa se trabajó con ahínco, pero los resultados nunca llegaron. Todo ello produjo una crisis en el vestuario, que terminó con el "Fantasma" fuera fuera del club, según lo que informa el diario El Mercurio.
Romero sabía que instalar la calam no sería fácil, pues varios de los jugadores de la U fueron criticados públicamente por el estratega saliente, así que ex entrenador de Osorono aplicó una política de conversaciones individuales con todo el plantel, acompañado de videos y, en algunas ocasiones, junto a su ayudante Marcelo Peña.
El "Relojito" no solo les explicó qué es lo que esperaba de ellos y qué había que mejorar, si no que les insistió en lo importante que son para su proyecto. Las charlas personalizadas son una política consante del nuevo DT, dicen en la U, porque "hay elementos que quedaron con el ánimo muy bajo" tras el paso de Figueroa, y era muy necesario insistir en las reuniones.
Por otra parte, Patricio Rubio y Luciano Civelli fueron los primeros en tener la opción de desahogarse con el nuevo técnico.
Mientras, que en lo futbolístico, Cristián Romero les explicó su filosofía: más velocidad en la recuperación del balón, presionar más arriba al rival y elaborar más el juego, pero no se planteó una revolución táctica.
El cuerpo técnico que heredó también quedó con cicatrices de la relación con su ex jefe, quien le hizo saber a la dirigencia de Azul Azul su disconformidad con el trabajo de sus subalternos. Sus dardos apuntaron al preparador de arquero Eduardo Azargado y al PF Gonzalo Fellay. Romero los ratificó en sus puestos.
Con ellos dos en el equipo de trabajo del "Relojito", el cambio en la banca universitaria fue menos traumática, pues la mayoría de los trabajos físicos y táctica que aplicaba Figueroa se mantuvieron. El principal ajuste fue acortar el tiempo de trabajo, "el apuesta a entrenamientos más cortos, pero más intensos", señalan en el CDA, un estilo que le ha redituado éxitos en las divisiones inferiores de Universidad de Chile.