El complejo escenario y las posibles soluciones del ATP de Viña del Mar

SANTIAGO.- La última edición del ATP de Viña del Mar no sólo quedará marcada por el título de Fabio Fognini, sino también por la escasa cantidad de público en las tribunas, el poco interés de los medios y las dificultades de los organizadores por mantener un certamen que cumplió 21 años.

El pasado 2 de febrero, Fognini y Leonardo Mayer salieron a disputar la final del ATP de Viña del Mar. Cerca de mil de personas los esperaban en las tribunas y pudieron ser muchos menos. También era el momento de las evaluaciones para los organizadores del torneo.

"Queremos mantenerlo por mucho tiempo más, pero se requiere un mayor compromiso de la empresa privada, del gobierno nacional y regional también, afirmaba Álvaro Fillol, director del torneo a El Mercurio.

Pese a contar con tres jugadores Top 20 por primera vez desde 1996, no fue suficiente. La versión del 2014 volvía a mostrar la realidad que había quedado tapada por el último torneo de Fernando González en 2012 y la aparición de Rafael Nadal hace un año.

Para el entrenador Horacio de la Peña la situación se produce porque "el chileno es muy nacionalista, y le cuesta mucho diferenciar entre ver buen tenis y la pasión por la 'Roja'. Tuvieron la oportunidad de ver buen tenis y no la aprovecharon".

En ese mismo plano, el capitán de Copa Davis Nicolás Massú agrega que "es un tema de cultura deportiva. Acá en Chile en los últimos años hemos tenido a la mayoría de los mejores del mundo. El año pasado jugaron Djokovic y Nadal. La gente se acostumbró a ver ese tipo de jugadores".  

El ex campeón olímpico no se queda ahí y ejemplifica. "Nosotros cuando jugamos con Estados Unidos en el Estadio Nacional, vino el seis del mundo (Andy Roddick), los número uno en dobles (los hermanos Bryan). Se debería haber llenado, pero sólo estuvo a la mitad".

Por su parte el ex tenista Sergio Cortés acoge ciertos reproches que se le hacen al certamen. "La gente critica que al torneo siempre vienen los mismos jugadores y algo de razón tienen", puntualizó uno de los dos chilenos que disputó la primera edición del torneo viñamarino en 1993.

Pese a las dificultades los organizaciones del certamen no se rinden. En sus espaldas llevan más de veinte años que no quieren terminar así como así. "Es el torneo más antiguo de la gira latinoamericana", lanza Massú, "no podemos perderlo". Ahí todos coinciden.

Las soluciones de los expertos

Esta semana se confirmó a Viña del Mar para el calendario 2015. El torneo volverá a ser el primero de la gira latinoamericana (2 de febrero) con las dificultades que eso significa: disputarse en arcilla, la lejanía con Australia y estar una semana después de Copa Davis.

Pese a ello, los organizadores ya trabajan en fórmulas para revetir la situación. Una de las opciones que se barajan es convencer a David Ferrer. Sin embargo, De la Peña cree que "ni él genera impacto. El chileno se conforma con algo superlativo, y después quiere pagar poco. Una solución sería traer un cuadro como el que se trajo este año pero potenciando la comunicación y el precio para la gente". 

Massú sigue esa línea y asegura que "en el tenis sólo tres jugadores son los que mueven masas. Federer, Djokovic y Nadal los colocas en cualquier parte del mundo y te cambia el panorama. Pero no es fácil traerlos". 

Para Cortés, se debe partir por entregarle los wild cards a los chilenos. "Dárselo a (Alexandr) Dolgopolov y que pierda en primera ronda no sé si es tan interesante, prefiero que pierda un chileno y que la gente lo pueda mirar".

Todos coinciden que el escenario cambiaría con un chileno en un alto nivel. Sin embargo, no hay que apurarlos. Ahí aparecen Christian Garín, Nicolás Jarry y Bastián Malla. Quizás esa sea la generación que sea capaz de masificar este deporte en nuestro país y devolverle a Viña las tribunas pobladas.