SANTIAGO.- Son las 10:00 de la mañana. El sol comienza a pegar fuerte y unos 40 nóveles futbolistas caminan hacia el centro de la cancha. Van nerviosos, con cara de preocupados. En el campo de juego, vestido de short y polera, los espera alguien a quien ellos mismos definen como un crack: Es Jaime "la Liebre" Riveros, el ex volante chileno.
Sentados en el pasto, los muchachos escuchan con atención, casi como si les hablara el profesor más estricto de su colegio. Hay respeto y se nota idolatría en varios de sus rostros.
El último 10 clásico del fútbol nacional, tras su retiro en 2011, debutará este año como entrenador titular en Deportes Santa Cruz, equipo que milita en la Tercera División. Lo hará acompañado de su amigo, Renzo Yáñez, el ex delantero de la U, Huachipato y Audax Italiano entre otros clubes.
Uno de los jugadores más respetados del último tiempo en el fútbol criollo tiene claro cómo será su forma de dirigir. Dice que de los más de 15 técnicos que tuvo en su carrera de todos aprendió algo, aunque hubo dos que lo marcaron y a quienes intentará emular: Manuel Pellegrini y Arturo Salah.
Al primero lo tuvo en O'Higgins, al segundo en Huachipato y a ambos destaca por su forma de manejar los grupos. "Son de la misma escuela, que se basan en la comunicación con los jugadores, de mantenerlos a todos contentos porque en cualquier momento les puede tocar jugar y deben estar preparados al mismo nivel, esa es la idea", reflexiona.
Al actual DT del Manchester City lo recuerda por su particular forma de ver el fútbol y de mantener vivos a sus dirigidos, algo que él quiere replicar. "Podías hacer dos goles en un partido y te criticaba igual y a larga te das cuenta que es para mejor, porque te exige, quiere que seas más y eso nunca se me va a olvidar, ese trabajo siempre se recuerda".
A pesar de su apego al estilo de Pellegrini y Salah dice no compartir a pleno la idea futbolística de ambos. "Yo soy Jaime Riveros y de todos los técnicos que tuve algo saqué". Entre esos rememora a Nelson Acosta, "sobre todo por la experiencia con que manejaba los grupos".
El 10 del equipo de Riveros será probablemente el más exigido, aunque cree haber entendido algo. "No todos los jugadores tienen la misma técnica, esa es una parte que me costó mucho desarrollarla porque pensaba que todos debían jugar bien al fútbol, pero no es así, todos son distintos", acota.
El lunes pasado la "Liebre" tuvo su primer trabajo en cancha, en el primer día de pruebas en Santa Cruz, equipo en el que el año pasado fue ayudante técnico de Italo Díaz. La mano del ex campeón con Wanderers en 2001 no titubeó. Tuvo que despechar de inmediato a varios pupilos y no tembló para dejar sin chance a casi la mitad de los jóvenes soñadores.
Y no será fácil su debut, porque la directiva del club le puso de inmediato objetivos claros: "Queremos pelear el ascenso al profesionalismo", lanza el presidente Héctor Iriarte y Riveros como en toda su carrera no afloja. "Si tomé este desafío es porque quiero devolver esta ciudad al fútbol profesional, para eso trabajaremos y estamos convencidos", apunta el nuevo DT quien incluso a sus 43 años tuvo un llamado desde Everton para que regresara a jugar, pero desistió y prefirió iniciar su carrera como adiestrador, en el mismo equipo que hace 22 años le dio la opción de mostrar su talento, cuando aún era una promesa de O’Higgins de Rancagua…