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Dilma Rousseff insiste que el Mundial será un símbolo de paz tras nuevos casos de racismo

La mandataria brasileña expresó que su país no puede convivir con estas situaciones de discriminación, luego de que el volante del Santos Arouca y el árbitro Márcio Chagas fueran insultados.

09 de Marzo de 2014 | 17:03 | DPA
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Rousseff lamentó que en Brasil, país con mayor población negra fuera de África, exista racismo.

AFP

BRASILIA.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, enfatizó hoy su intención de que el próximo Mundial de Brasil 2014 sea "la Copa por la paz y contra el racismo" y afirmó que ya acordó en tal sentido con la ONU y la FIFA.


"­Vamos a enfrentar el racismo! Acordé con la ONU y la FIFA que nuestra 'Copa de las Copas' también será la 'Copa por la Paz, la Copa contra el Racismo'", escribió Rousseff en su cuenta en Twitter (dilmabr).


Agregó que está "invitando a líderes religiosos del mundo para que envían manifestaciones contra el racismo y por la paz que sean leídas durante la 'Copa de las Copas'".


"Es inadmisible que Brasil, la mayor nación negra fuera de áfrica, conviva con escenas de racismo", enfatizó la presidenta del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).


La primera personalidad religiosa a quien la presidenta pidió que envíe mensajes de paz y contra el racismo durante la cita mundial fue el papa Francisco, a quien la presidenta invitó además a participar de la misma.


El apelo contra el racismo está vinculado a dos episodios recientes ocurridos en el marco de las ligas regionales. El volante Arouca, del Santos, fue llamado "macaco" (mono) por hinchas del Mogi Mirim, club en el que actúa y que preside el ex futbolista Rivaldo, en el Campeonato Paulista.


Por su parte, el árbitro Marcio Chagas fue insultado por hinchas del club Esportivo de la misma manera y además le arrojaron bananas contra su vehículo, tras arbitrar un partido del Campeonato Gaúcho.


"El fútbol brasileño fue manchado por la escenas de racismo contra el árbitro Márcio Chagas da Silva y el jugador Arouca", constató Rousseff, que agregó que ambos cuenta con "toda mi solidaridad, así como la de todos los brasileños".


El viernes, el ministro de Deportes, Aldo Rebelo, también repudió los hechos e instó públicamente a que se tomen medidas para que los responsables sean sancionados.


"La agresión racista no afecta solo a aquel a quien se dirige. Hiere a toda la población brasileña y su identidad de pueblo mestizo", expresó Rebelo a través de un comunicado.

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