No piensa en dejar su raqueta.
AFPMADRID.- Cuando el tenis amenazaba con dar paso a un largamente pronosticado cambio de ciclo, un renovado Roger Federer irrumpió en el centro de la escena para dar forma a algo que bien podría sonar a restauración del "viejo orden".
Con el británico Andy Murray lejos de su mejor juego tras ser operado de la espalda y el argentino Juan Martín del Potro penando por sus recurrentes dolores en la muñeca izquierda, sólo el título en Australia del suizo Stanislas Wawrinka es testimonio de que algo se mueve en las alturas del tenis.
Pero hasta que se mueva en serio, Federer, a sus 32 años, disfruta y sueña con extender su carrera más allá de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
"Espero estar ahí, pero no tengo la sensación de que vaya a cerrar mi carrera tras los Juegos Olímpicos", dijo el suizo en una entrevista publicada por el periódico "SonntagsZeitung".
Aunque el domingo perdió en el tie break del tercer set la final de Indian Wells ante el serbio Novak Djokovic, a Federer se lo ve suelto y feliz como hacía tiempo no sucedía. Habló y sonrió como si hubiera ganado.
"Es un súpercomienzo de temporada, estoy sorprendido de que todo haya ido tan rápido", admitió el suizo de 32 años.
El título en Dubai, las finales de Brisbane e Indian Wells y la semifinal de Australia le permitieron a Federer recuperar hoy un lugar entre los cinco mejores del mundo tras haber caído a un inusual octavo puesto, y el cuarto puesto del español David Ferrer está a sólo 105 puntos.
Pero más allá de los resultados, el tenis que está mostrando el suizo tiene poco que envidiar al de sus mejores años en el circuito. La diferencia pasa por la consistencia: seis o siete años atrás era capaz de enhebrar varios sets a alto nivel. Ahora no, tiene más altibajos. Allí estuvo la clave de su derrota ante Djokovic.
Más allá de esas oscilaciones, lo que Federer viene mostrando asombra. Su servicio poderoso, su derecha recuperada, punzante e implacable, su renovado revés, su ambición en la red, su movilidad.
Para eso hay tres explicaciones: una espalda que ya no le duele, un Stefan Edberg que le inyectó nueva motivación e ideas y una raqueta nueva, más grande, que le permite darle más peso y velocidad a sus tiros, también responder pelotas que antes quedaban de su lado de la red.