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Santiago: Jueves 21 de noviembre del 2024 | Actualizado 13:36
''Muchos jugadores lloraron y se abrazaban para darse ánimo. Estaban muy dolidos por la forma en que se perdió, ya que querían de una vez por todas hacer historia'', señaló la fuente.
BELO HORIZONTE.- Termina la tanda de penales en el estadio Mineirao de Belo Horizonte y Brasil celebraba su paso a los cuartos de final del Mundial, mientras los dirigidos por el técnico Jorge Sampaoli sufrían en llanto en el campo de juego.
Para todos los nacionales presentes quedaba la sensación que estuvo muy cerca la hazaña. La tristeza era total.
Esa misma tristeza que se trasladó al camarín de la "Roja" una vez que la eliminación ya estaba consumada.
Según contó a Emol un miembro de la delegación chilena que estuvo presente en el vestuario, "en un principio el ánimo estaba por el suelo. Uno a uno iban entrando los jugadores y ninguno quería hablar. Unos pocos gritaban con mucha fuerza su rabia e impotencia de haber estado a un centímetro de lograr algo histórico".
"Muchos jugadores lloraron y se abrazaban para darse ánimo. Estaban muy dolidos por la forma en que se perdió, ya que querían de una vez por todas hacer historia", señaló la fuente.
Y entre los más afectados por quedar en el camino de la cita planetaria fue el atacante Alexis Sánchez: "Estaba muy mal, lo sintió bastante, porque era el más optimista de todos. Siempre inculcó en el grupo que se podía dejar fuera a Brasil. No quería conversar con nadie, se fue muy para adentro, y sus compañeros lo dejaron tranquilo por un buen rato".
Pero fue en ese momento, cuando el ambiente al interior del vestuario estaba por el suelo, en que apareció el capitán y arquero Claudio Bravo, el volante Marcelo Díaz y el delantero Esteban Paredes "para subirles el ánimo al plantel".
"Ellos estaban muy enteros y les insistían a todos que se había hecho un tremendo Mundial y que dejaban Brasil con la cabeza muy en alto", agregó un miembro del equipo, quien comentó que el adiestrador Jorge Sampaoli: "Estaba muy abatido, pero convencido que este plantel tiene mucho por dar".
Cuando la pena poco a poco comenzaba a disiparse, ingresó al camarín el presidente de la ANFP, Sergio Jadue, quien "de forma muy respetuosa y muy emocionado felicitó a cada uno de los jugadores y miembro del cuerpo técnico".
Luego, y por más de un hora de encierro, el vestuario comenzó a quedar vació pero con un aire de tristeza e impotencia, que lo más seguro, permanecerá rondado por algunos días en el Mineirao.
