Thomas Muller suma diez goles en Copas del Mundo en su carrera.
Reuters.SANTIAGO.- Thomas Muller aún no dimensiona lo que ha sido su carrera. No todavía. El delantero alemán Bota de Oro en 2010, campeón del mundo en Brasil 2014 y goleador de su selección en dos mundiales consecutivos parece aún no darse cuenta de lo que ha hecho a los 24 años.
Por eso no sorprenden sus declaraciones incluso después de anotar tres goles en su debut en este Mundial frente a Portugal. "Lo que queremos es ser campeones del mundo. No nos interesan los récords de otros", dijo al otro día del debut.
Una sinceridad que se traspasa en su juego. Uno que alguna vez fue descrito de la siguiente forma: "Imprevisible en el control, desastroso en la conducción y magnífico en la definición".
Y los números lo avalan. Esos goles ante Portugal pusieron al jugador del Bayern Munich al mismo nivel que estrellas como Rivaldo, Ademir o Villa con ocho goles en Copas del Mundo. Pero él no parecía darle importancia. Aún faltaba más.
Un gol ante Estados Unido completaría la fase de grupos y ya en fase de semifinales Muller siguió llenando capítulos históricos: con un gol suyo Alemania abriría la histórica goleada ante Brasil por 7-1 en semifinales.
Sin saberlo, el goleador otra vez sumaba récords convirtiéndose en el primer Bota de Oro que es capaz de igualar los goles marcados en el Mundial anterior (cinco en 2010 y en 2014). Diez goles en total que lo ubican a sólo seis del máximo goleador histórico de los mundiales su compatriota Miroslav Klose.
Pero Muller seguía pensando en sus palabras después del primer partido. En lo que vino a buscar y que llegaría ante Argentina en el Maracaná. Pese a anotar el delantero fue protagonista del cuarto título de la historia de los europeos y el primero de su carrera, una que cada vez más tiene futuro de leyenda.