La lluvia fue factor en el GP de Japón.
AFPYOKKAICHI.- El eterno debate sobre la seguridad en el deporte del motor volvió al primer plano tras el dramático accidente del piloto francés Jules Bianchi en el Gran Premio de Japón de Fórmula 1 y en especial sobre el mantenimiento de la hora de la carrera, pese a que se sabía que llovería.
La carrera en Suzuka estaba prevista para que pudiese coincidir con el despertar de los aficionados de la Fórmula 1 en Europa y no se pudo modificar, pese a que las previsiones meteorológicas apuntaban a esa hora fuertes lluvias provocadas por el paso del tifón Phanfone.
La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) propuso en dos ocasiones al promotor de la carrera, la empresa Mobilityland (una filial del constructor Honda) avanzar la carrera, incluso cuando los partes meteorológicos no eran tan malos.
Los intereses televisivos parecen una razón más plausible para explicar el rechazo al cambio, más que la preocupación por los espectadores japoneses, que podrían haber avanzado su llegada al circuito si hubiesen sido alertados la víspera.
Lo que es seguro es que por la mañana llovió mucho menos que por la tarde, tal como ya había previsto el servicio meteorológico Ubimet.
Al comenzar sobre una pista mojada, con neumáticos de lluvia y al ralentí tras el coche de seguridad, cuando se sabía que comenzaría a anochecer y que la lluvia sería cada vez mas fuerte a medida que avanzaba la jornada, la organización de la carrera tenía muy claro que había pocas posibilidades de dar las 53 vueltas previstas a Suzuka, teniendo en cuenta además que los monoplazas corren a mucha menos velocidad sobre mojado que en seco.
De haber avanzado el horario de inicio de la carrera, las posibilidades de acabar la prueba en los giros previstos hubiesen sido mucho mayores.
Una vez completadas 40 vueltas a Suzuka, es decir, el 75% de la distancia total de la prueba, con el inglés Lewis Hamilton liderando cómodamente la prueba tras superar a su compañero alemán en Mercedes Nico Rosberg en el 29º giro, que se hubiese detenido la carrera no hubiese cambiado casi nada al resultado final de la prueba y, sobre todo, habría reducido los riesgos para los pilotos, muchos de ellos dispuestos a acabar la carrera con unos neumáticos intermedios muy desgastados con tal de ganar alguna posición en carrera en una pista que estaba de nuevo muy deslizante por la lluvia.
"Hacía cinco vueltas que yo decía de parar en la radio de abordo", declaró el piloto brasileño de Williams Felipe Massa, sin que la dirección de carrera hiciese caso a su demanda.
En las redes sociales y en páginas especializas de internet, expilotos franceses como Alain Prost y Olivier Panis criticaron la presencia de una grúa en la curva 7 del trazado de Suzuka, que había acudido a ese punto para retira el monoplaza del germano Adrian Sutil, que se había salido de la pista instantes antes. Pese a la presencia de la grúa en la pista, el coche de seguridad no apareció en pista de manera inmediata, ya que no es un procedimiento automático en Fórmula 1.
Banderas amarillas
Otro aspecto que está siendo juzgado es la visibilidad de las banderas amarillas que debían informar a los pilotos de un peligro en la pista para que redujesen la velocidad.
Estas banderas amarillas son agitadas por los comisarios de carrera en todo el circuito y, en caso de peligro, se enciende una luz amarilla intermitente en el salpicadero de los monoplazas.
Cuando Sutil se salió de la pista, en la vuelta 41 de carrera, Bianchi no debió ver el accidente puesto que estaba por delante del piloto alemán, en la 17ª posición. Y cuando llegó a la curva 7 en el giro siguiente, con neumáticos intermedios muy desgastados en una pista muy resbaladiza por el agua, nadie sabe si el francés vio las banderas amarillas o no, puesto que tampoco se apreció que redujese la velocidad de manera significativa antes de perder el control de su vehículo y chocar contra la parte trasera del tractor.
¿Debería haber salido el coche de seguridad inmediatamente después del accidente de Sutil? Es una de las principales cuestiones a responder, sobre todo teniendo en cuenta que no apareció en pista hasta la vuelta 44, junto con el coche médico, lo que obligó a detener definitivamente la carrera.