SANTIAGO.- El jueves 15 de mayo de este 2014, Martín Bernardo Lasarte Arróspide era
confirmado como nuevo técnico de la Universidad de Chile . Llegaba en reemplazo de Cristián Romero, quien había tomado el equipo interinamente tras la abrupta partida de Marco Antonio Figueroa.
Y la mochila que agarraba el uruguayo venía con mucho peso. Los azules acarreaban cuatro torneos sin conseguir un título, a lo que sumaba el pasado de "Machete" en la Universidad Católica.
En ese paso por la UC le penaba también el no haber conseguido títulos, sólo dos subcampeonatos en torneos nacionales. En la precordillera abrochó sólo una semifinal de la Copa Sudamericana 2012 y los subcampeonatos de la Copa Chile 2012/13, el Torneo Nacional 2013 y el Torneo Apertura 2013.
Por eso, en sus primeras palabras como técnico de la U se puso objetivos. "Yo me fui de Chile con la sensación de haber realizado un buen trabajo, pero sin la consecución de un título. Esta oportunidad la tomo como una revancha que me da fuerza e ilusión", decía el charrúa.
Le costó al hincha azul aceptar a Lasarte, aunque a medida que fueron pasando las fechas comenzó a percibir tibios aplausos. El modelo del uruguayo empezaba a funcionar, se sumaban las victorias y aparecían elogios a su juego, con tres hombres en ofensiva.
Es más, comenzó a batir récords. El primero fue el 11 de agosto cuando llegó a cinco triunfos en línea, convirtiéndose en el DT con mejor arranque en la historia del cuadro laico. Luego consiguió igualar el inicio de Jorge Sampaoli en el Clausura 2011. Amarró nueve victorias en las diez primeras fechas sumando 28 unidades, con sólo un empate que se produjo en la sexta fecha ante Iquique.
Luego de esas notables diez jornadas llegó
la primera y derrota y ante el archirrival, Colo Colo quien le propinó la única caída al conjunto de "Machete" en todo el torneo.
A pesar de ese traspié y lo tambaleante que quedó el equipo, no se despegó nunca de la parte alta y lideró el Apertura de principio a fin.
Y aunque tuvo tropiezos nunca cambió su idea. Una marcada línea de cuatro, con dos volantes defensivos, más un creativo y los tres de arriba eran oncena repetida domingo a domingo. Eso fue importante a la hora del balance.
Colo Colo al final del campeonato los atrapó en la punta, pero nunca los pudo bajar completamente. Es que el equipo de Lasarte mostró esa misma sobriedad que alumbra su DT, un técnico que llegó resistido, pero que hoy levanta la copa que le fue tan esquiva en San Carlos.
