Está sufriendo Martín Lasarte.
José Alvújar, El Mercurio
SANTIAGO.- Temprano ayer martes llegaban buenas noticias para la U. El técnico Martín Lasarte, a pesar de todos sus problemas físicos, se sentaría en la banca en el duelo ante Emelec, en el debut de los laicos en la Copa Libertadores.
Pero fue un sufrimiento el duelo para el estratega. Se le nota que no está en su mejor estado de salud y además su equipo no funciona en la cancha.
Debido a sus complicaciones, el DT no pudo -como siempre ,lo hace- pasar todo el duelo cerca de sus jugadores, parado al lado de la cancha. Le costó ponerse de pie y cuando lo hizo volvió rápido a su asiento.
Es más, sus propios colaboradores lo llamaban a no esforzarse e incluso el preparador de arqueros, Eduardo Azargado, le pedía las instrucciones para traspasárselas a sus pupilos. Pero no se resistía el uruguayo y se paraba una y otra vez. Daba instrucciones, gesticulaba, pero siempre además tocaba su espalda con síntomas de dolor.
Cuando veía que su equipo no funcionaba, movia la cabeza, luego la agachaba, buscaba explicaciones. Tras el gol de Emelec se paró y trató de levantar a su equipo, de darle aire, pero nada resultaba.
Pero lo peor para el charrúa vino tras el pitazo final. Mientras sus jugadores se iban entre aplausos a camarines desde la galería sur, el adiestrador se quedó pegado a su asiento, mirando el piso y buscando explicaciones a la mala campaña.
Ahí estuvo por casi cinco minutos, como que no quería salir. Pero le tocó la partida y fue aún peor, porque no abandonó la cancha por el túnel, tal como sus dirigidos, sino que lo hizo por una puerta lateral, pegada a la tribuna.
Con paso lento dejó la pista atlética y se debió enfrentar con un puñado de hinchas que comenzaron a insultarlo por el trabajo del equipo. Él no respondió y siguió su camino, pero sí lo hizo un miembro del cuerpo técnico, quien debió ser contenido por el gerente deportivo Sabino Aguad. El dirigente a su vez luego subió a la tribuna para hablar con los forofos.
Tras esto, Lasarte estuvo encerrado con su equipo por cerca de 20 minutos. Luego enfrentó los micrófonos y entregó las explicaciones con una conclusión. "Sus problemas de salud no tienen nada que ver con el bajo rendimiento de la U".