El chileno posando a su llegada a Valparaíso.
Prensa AnguitaSANTIAGO.- Emocionado hasta las lágrimas, pero feliz de haber llegado a la meta y cumplir su objetivo, el runner Matías Anguita llegó ayer hasta el puerto de Valparaíso tras correr 1.600 kilómetros desde el domingo 15 de marzo, cuando dio partida a su travesía en Buenos Aires, Argentina.
El ultramaratonista chileno ayer cumplió con el último tramo desde Concón hasta el Muelle Barón del principal puerto nacional –pasando por Viña del Mar- y pasado el mediodía, en compañía de una cuadrilla de cadetes de la Armada (que se unieron en el sector de Las Salinas) y de runners que llegaron a la ruta para unirse al andar de Matías, cruzó su meta final.
Atrás quedaron todos los inconvenientes e imprevistos que debió pasar en estas casi más de tres semanas en la carretera: problemas en Argentina por las inclemencias climáticas (mosquitos incluidos), tener que lidiar con un paro nacional de la nación trasandina, tener cuidados especiales por lo peligroso de la Ruta 7 Argentina, sufrir una lesión en su pierna que lo obligó a parar un par de jornadas y, llegando a Chile, una infección bucal.
Nada de eso lo hizo dejar de lado el desafío. Y ello quedó graficado en sus primeras palabras ayer en Muelle Barón, que incluso incluyeron algunas lágrimas de emoción.
"Este fue un desafío muy difícil. Sin duda, el más difícil de todos los que he hecho y sin el apoyo de todos los que estuvieron detrás, tanto las marcas como mi equipo, habría sido imposible lograrlo. De verdad fue muy complejo… porque cuando uno está súper mal, el equipo siempre estuvo. Pero cuando uno tiene todo en contra, hay que darle con todo para salir adelante".
En esa misma línea, agregó que "con eso nos quedamos como equipo luego de todo este desafío. Sufrimos y muchas veces creímos que no podíamos seguir. Todo era complejo, accidentes en la carretera, lesiones, enfermedades, pero lo logramos y agradezco a todos los que lo hicieron posible", dijo el runner visiblemente emocionado.
Además, Matías recalcó el apoyo de los auspiciadores, apuntando que "sin ellos sería imposible realizar este tipo de desafíos, y no solo para lo que me involucra a mí, sino que para cualquier tipo de actividad que promueva el deporte y motive a ese 80% de gente que no realiza actividad física. Esa es la forma".
Matías tampoco olvidó agradecer el gran apoyo que tuvo de parte de la embajada de Chile en Argentina, así como de los respectivos consulados chilenos en la nación vecina, así como de la policía argentina y de Carabineros de Chile, quienes dieron todas las facilidades para contar con la seguridad necesaria de correr en la ruta.
Ahora, el plan de Matías será descansar (de hecho no participará del Maratón de Santiago que se realiza el domingo 12 de abril) y pensar en sus nuevos proyectos: uno relacionado con el desarrollo del deporte en colegios y en 2016, en el año de los Juegos Olímpicos, ir desde Santiago a Río de Janeiro (sede de los JJOO) en el Desafío Cerro San Cristóbal-El Corcovado.