Herrera dice que no sintió presiones.
AFP.
SANTIAGO.- Darío Herrera también fue protagonista del escandaloso Superclásico entre Boca Juniors y River Plate por la Copa Libertadores. Fue el encargado de arbitrar el compromiso y además recibió críticas por la demora en la suspensión del partido.
Cuatro días después, el juez entrega su versión de lo ocurrido. "La Conmebol quería esperar que los jugadores se recuperaran para seguir. Siempre estuvimos en contacto y hablando con el veedor. Fue un trabajo en equipo. Pero el árbitro no suspende en la jurisdicción de la Conmebol", señaló en entrevista con el canal La Red de Argentina.
Consultado por si recibió presiones para suspender o no el cotejo, Herrera sostuvo que "con la gente con que hablé fue así. Nadie vino y me dijo 'Dale Darío, vamos a jugarlo'. Y al revés: en ningún momento D'Onofrio o alguien de River me pidió que se terminara el partido. No tuve presión de ningún lado. Todos esperamos a que se recuperaran los muchachos. Ese mensaje brindaban todos los jugadores y técnicos de los dos equipos".
Agregó que "se esperó el tiempo prudencial. Cuando no había más instancias para continuar, entonces se tomó la decisión. Se buscó un tiempo para ver si se recuperaban los afectados".
Además, explicó que los jugadores de River Plate "estaban afectados, con los ojos muy irritados, como si estuvieran quemados. Eso se veía en el momento. Camisetas manchadas con un polvo naranja. Todos lo vimos".
Finalmente, comentó cómo vieron los árbitros lo sucedido. "Estábamos en el medio campo. Cuando vemos que sucedía algo en la manga del equipo visitante y Ceballos (cuarto árbitro) se acercó. Empezamos a comunicarnos por intercomunicadores, nos informaron que les habían tirado un gas. Bajar los decibeles y esperar a ver cómo estaban los jugadores. Lo más importantes era que se pudieran recuperar. Y después ver si se podía continuar. No sabíamos qué les habían tirado", sentenció.