SANTIAGO.- La economía chilena creció un 5,2% en el año pasado, dando cuenta del buen resultado de la expansión económica a pesar de efectos de crisis financiera internacional y del terremoto del 27 de febrero.
De acuerdo con lo informado esta mañana por el Banco Central, el Producto Interno Bruto (PIB) "fue impulsado por todas las actividades económicas, salvo pesca (-13,7%) e industria (-1%), que cayeron incididas principalmente por los efectos del terremoto. Por su parte, la actividad Comercio destacó por su aporte al crecimiento del PIB".
En este contexto, los sectores más dinámicos fueron electricidad, gas y agua (13,7%), comercio (13,3%), comunicaciones (10,5%) y Transporte (+8,5%).
En tanto, en el cuarto trimestre el PIB creció un 5,8%, apoyado en una vigorosa demanda interna y una ligera mejoría de la producción industrial, después de haber anotado alzas de 1,7% en el primer trimestre, 6,4% en el segundo, 6,9% en el tercero.
En términos desestacionalizados, el PIB nacional anotó una expansión del 0,9% frente al tercer trimestre, mientras que la demanda interna avanzó un 14,6% en doce meses entre octubre y diciembre del año pasado.
El organismo rector también corrigió la expansión de la economía en el tercer trimestre a una variación en doce meses del 6,9% desde un 7,0 por ciento informado previamente.
Las cifras muestran además que la demanda interna creció 16,4% gracias al dinamismo del consumo privado y de la inversión en maquinaria y equipos.
Por su parte, el consumo total se incrementó 9,3%, tras crecer a lo largo de todo el año. La mayor incidencia provino del consumo de hogares, que alcanzó un incremento de 10,4%, impulsado por el componente de bienes y, en menor medida, por el de servicios. Resaltó el incremento del gasto en bienes durables, en especial de automóviles y electrodomésticos. En tanto, dentro del consumo de bienes no durables destacaron los productos textiles, y dentro del consumo de servicios, transporte y comunicaciones.
En tanto, el consumo de gobierno aumentó en 3,3%, en línea con la ejecución presupuestaria, la cual reflejó un incremento del gasto hacia fines del período, fundamentalmente por la compra de bienes y servicios.
Mientras, la FBCF exhibió un moderado crecimiento el primer trimestre, y un alto dinamismo el resto del año, cerrando con un alza de 18,8%. La magnitud del resultado estuvo determinada por el componente maquinaria y equipos, que se expandió 38,5%. En tanto, la inversión en el componente construcción y otras obras aumentó 1,8%. La variación de existencias alcanzó una tasa de 2,5% del PIB, principalmente explicada por la acumulación de productos industriales, destacando Productos metálicos, maquinaria y equipos y Alimentos, bebidas y tabaco.
Las exportaciones e importaciones aumentaron en 1,9% y 29,5%, respectivamente. En cuanto a los bienes, las exportaciones cayeron 0,4%, tras un descenso en el primer semestre que no logró ser revertido por el incremento registrado en el segundo. El resultado anual se explica por menores envíos de productos pesqueros e industriales. Dicho efecto fue aminorado por mayores envíos de productos mineros. En tanto, las exportaciones de servicios crecieron 10,3%, impulsadas principalmente por los servicios de transporte entre terceros países.
En lo que respecta a las importaciones, tanto el componente de bienes como el de servicios crecieron; el primero lo hizo en 33,6%, determinando el desempeño del agregado, y el segundo en 7,1%. El mayor impulso provino de las importaciones de productos industriales, cuya expansión se sustentó principalmente en las importaciones de Productos metálicos, maquinaria y equipos.
Mientras, el ingreso nacional bruto disponible real creció 15,7% sustentado por los favorables términos de intercambio de la economía chilena. Las transferencias recibidas por el país fueron compensadas con las rentas pagadas al resto del mundo.
El ahorro bruto nominal resultó igual a 22,4% del PIB, conformado por un 24,2% de ahorro nacional y un -1,8% de ahorro externo.