VIENA.- La falta de acuerdo entre los países de la OPEP sobre la conveniencia de abrir más los grifos del petróleo sacudió esta semana los mercados del "oro negro", con marcadas subidas del precio que sólo se equilibraron por la decisión unilateral de Arabia Saudí de aumentar la producción.
Desde el principio de la semana, la atención se centró en la 159 conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) del miércoles, en la que se tenía que discutir modificar la actual cuota de bombeo de 24,8 millones de barriles diarios (mbd), fijada en diciembre de 2008.
Sin embargo, las señales de divergencias en el seno del grupo, que controla cerca del 40 por ciento de la producción mundial de crudo, empujaron ya desde el martes los precios al alza, con subidas de hasta el 2 por ciento en el caso del crudo Brent, de referencia en Europa.
Nada más llegar a Viena para asistir al encuentro, los ministros de Petróleo de países como Venezuela y Ecuador señalaron su oposición a elevar la producción, al entender que no se daban condiciones para ello y que el mercado está estable.
La divergencia se confirmó el miércoles en una de las más tensas reuniones vividas por el grupo. Tras cuatro horas de reunión y ante la imposibilidad de lograr un acuerdo, el ministro de Petróleo de Arabia Saudí, Ali I. Naimi, calificó, con visible enfado, la reunión "como una de las peores" de la historia de la OPEP.
Y es que el núcleo duro de la OPEP, con Irán a la cabeza como presidente de turno, se impusieron hoy en Viena a los países del Golfo Pérsico, incluida Arabia Saudí, y bloquearon un aumento de los suministros de crudo que buscaba abaratar el precio del petróleo.
Con la credibilidad del grupo en entredicho y con los precios al alza, el secretario general de la OPEP, Abdalá El-Badri, restó el jueves importancia a la falta de acuerdo, aunque reconoció que el mercado necesitará 1,5 mbd adicionales a partir de julio, justo la cantidad propuesta sin éxito por Arabia Saudí en la reunión.
A esas palabras de El-Badri se unió el viernes la publicación en un diario saudí de la intención del mayor productor del mundo de elevar hasta los 10 millones de barriles su producción diaria de crudo.
Ese anuncio y datos sobre la ralentización de las exportaciones chinas echaron sombra sobre la solidez de la recuperación económica mundial, y cambiaron la tendencia alcista de los precios del crudo, que habían acumulado hasta el jueves aumentos de hasta el 4 por ciento intrasemanal.
Así, el petróleo Brent se depreció un 0,66 por ciento y cerró la semana a 118,78 dólares por barril en el Intercontinental Exchange Futures de Londres, un 3,3 por ciento por encima de la cotización del viernes anterior.
Más rotunda fue la caída del crudo Texas estadounidense, que el viernes cayó un 2,59 por ciento y perdió toda la ganancia acumulada durante la semana.
De hecho, el valor del Petróleo Intermedio de Texas en la Bolsa Mercantil de Nueva York bajó de la cota de 100 dólares por barril y quedó en 99,29 dólares, un 1 por ciento menos que hace una semana.