SAN JOSE.- Las diez personas, ocho pasajeros y dos tripulantes, que viajaban en un avión que se accidentó el sábado en el norte de Costa Rica fueron localizadas hoy muertas, confirmó la Cruz Roja costarricense.
La aeronave, un "Gran Caravan" con sólo 792 horas de vuelo y capacidad para transportar a quince pasajeros, era propiedad de la empresa Servicios Aéreos Nacionales S.A. (SANSA).
Mario Viquez, portavoz de la Cruz Roja, declaró a EFE que "no hay sobrevivientes", después de que los equipos de rescate llegaran al lugar del accidente, a unos 200 metros del cráter del volcán Arenal, de 1.633 metros de altura.
Los cuerpos fueron localizados por patrullas de la Cruz Roja, Bomberos y la Fuerza Pública casi 24 horas después del accidente y tras muchas conjeturas sobre el lugar donde supuestamente había caído la aeronave por causas que comenzarán a investigarse hoy.
Viquez indicó que aproximadamente a las 17.00 hora local (23.00 GMT) se procederá al levantamiento de los cadáveres.
Hasta ahora sólo han sido identificadas cinco personas, tres pasajeros y los dos tripulantes.
Se trata de las suizas Silvia Rhissiner y Catherine Shoep, y la canadiense Terry Pratt.
El piloto y copiloto de la aeronave son los costarricenses Karl Acevedo, de 22 años, y William Bobadilla, cuya edad no ha sido revelada por la compañía aérea SANSA.
La aeronave se estrelló pocos minutos después de despegar, según todos los indicios preliminares, mientras cubría el trayecto entre La Fortuna de San Carlos, en el norte del país, y Playa Tamarindo, en noroeste, en el litoral pacífico.
SANSA mantiene un total hermetismo sobre los nombres y nacionalidades de las otras seis personas que viajaban en el avión, de matrícula panameña, y que, al parecer, eran turistas extranjeros.
Los restos del aparato se han localizado en una zona rocosa, de difícil acceso y alta temperatura por la constante actividad del volcán Arenal.
Según un segundo comunicado de esta empresa, un helicóptero del Ministerio de Seguridad localizó la aeronave accidentada.
La empresa reitera "su profunda preocupación por la situación de los pasajeros" y asegura que todos sus esfuerzos están encaminados a "enfrentar esta difícil circunstancia", señala en su segundo boletín divulgado hoy.
Olman Fonseca, de la gerencia de vuelos de SANSA, indicó que los nombres del resto de viajeros no serán divulgados hasta que no se hayan comunicado con sus familiares.
Según tomas áreas difundidas por "Canal 7", la aeronave quedó esparcida en pedazos en una área rocosa y de difícil acceso por tierra, lo que ya hacía prever que no habría supervivientes.
Los restos de la aeronave se encuentran cerca del lugar por donde el Arenal lanzó el pasado viernes una fuerte erupción de material incandescente, que causó la muerte a un guía de turismo y graves quemaduras a dos turistas estadounidenses.
Las primeras tomas de la aeronave causaron conjeturas sobre el lugar donde se habría registrado el accidente y el posible estado de los pasajeros.
En un principio se habló del Cerro Chato, cercano al Arenal, e, incluso, algunas personas aseguraron que habían escuchado gritos de auxilio y visto señales de fuego, lo que interpretaron como una petición de rescate.