CIUDAD DE GAZA.- En un día de violencia incendiaria que dejó en ruinas las gestiones de paz para el Oriente Medio, los helicópteros artillados israelíes atacaron el conglomerado residencial del dirigente palestino Yasser Arafat en represalia por el linchamiento de dos soldados israelíes a manos de una muchedumbre palestina.
Tras dos semanas de combates diarios, ambas partes dieron hoy rienda suelta a su rabia contenida. Los palestinos infligieron las peores bajas hasta el momento a las tropas israelíes, mientras que los helicópteros artillados del estado judío desataban ataques sin precedente contra blancos importantes palestinos y sus tanques rodaban por las afueras de las ciudades palestinas.
Un ataque israelí con cohetes hizo blanco a apenas 50 metros del cuartel general de Arafat, mientras el jefe palestino estaba en el interior del lugar, dijeron sus asistentes.
El día comenzó con gestiones del secretario general Kofi Annan y el jefe de la CIA George Tenet para negociar una tregua. Pero pronto degeneró en un espasmo de violencia que ha sido quizá el peor en sacudir la Cisjordania y Gaza desde la guerra de 1967.
Ambas partes declararon que el proceso de paz estaba suspendido, al menos por el momento.
"Esta es una declaración de guerra, una guerra demente", dijo Saeb Erekat, alto funcionario palestino, acerca de los actos de violencia.
El Primer Ministro Ehud Barak dijo que Arafat "no parece en este momento ser un asociado en la búsqueda de la paz".
Agregó que consideraba indirectamente responsable al gobierno de Arafat por la muerte de los soldados, y que Israel perseguiría a los individuos involcurados en el linchamiento.
Israel dijo que el ataque fue una advertencia al liderazgo palestino. El ministro de Relaciones Exteriores israelí Shlomo Ben-Ami responsabilizó de la situación a Arafat. "Arafat ha puesto en peligro la totalidad de la región", indicó Ben-Ami, y pidió a los líderes de Egipto y Jordania que intervengan y obliguen al líder palestino a decretar de inmediato una tregua.
El Presidente estadounidense Bill Clinton y la secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright pidieron a ambas partes que decreten una tregua.
Decenas de prisioneros palestinos, entre ellos miembros del grupo militante islámico Hamas, fueron liberados de las cárceles palestinas durante el ataque.
El viceministro de Defensa israelí, Ephraim Sneh, dijo que Israel no tenía otra alternativa que tomar represalias, y que "nunca es demasiado tarde" para reanudar las conversaciones.
Los israelíes reaccionaron con indignación al linchamiento de los soldados en una estación policial del pueblo cisjordano de Ramallah, donde una muchedumbre enardecida irrumpió en la comisaría y luego lanzó los cadáveres ensangrentados a la calle desde un segundo piso.
El Primer Ministro Ehud Barak respondió con rapidez, aisló los pueblos palestinos, concentró sus fuerzas en torno a Ramallah y lanzó sus helicópteros artillados al ataque.
Los primeros objetivos alcanzados por los cohetes fueron la estación policial y la sede central de la telemisora palestina. Salió humo negro de los edificios atacados y los informes palestinos indicaron que por lo menos doce residentes resultaron lesionados.
El cuartel general de Arafat en la Ciudad de Gaza y varios edificios cercanos fueron evacuados poco antes del ataque. Una casa de guardias próxima a la residencia de Arafat fue atacada, y salía humo del complejo. Los residentes huían despavoridos mientras llegaban las ambulancias.
El ataque israelí se produjo poco después de que Arafat se reuniera con el director de la CIA, George Tenet, en un lugar no divulgado en Ciudad de Gaza.
Los cohetes alcanzaron una comisaría policial en el centro de Ramallah y la televisión oficial palestina, que retransmitió imágenes de la violencia callejera durante las últimas dos semanas, en ocasiones durante horas ininterrumpidas. Israel mantuvo que esas retransmisiones fueron una incitación a la violencia.
La comisaría policial quedó reducida a escombros y grandes llamaradas salían de un segundo edificio en Ramallah.
Barak dijo que el linchamiento fue "muy grave".
Israel impuso el cierre interno de Cisjordania, por lo que los palestinos no pueden abandonar sus poblaciones. El ejército dijo que concentró gran cantidad de tropas cerca de Ramala y que emplazó tanques en las afueras de la ciudad.