BUENOS AIRES.- Los bomberos intentaban hoy combatir voraces incendios que se han propagado en más de 1,7 millón de hectáreas de distintas provincias argentinas, luchando contra los fuertes vientos y las elevadas temperaturas del verano austral.
Los focos de incendios que desde hace un mes afectan a las provincias de La Pampa, Mendoza y Buenos Aires se han extendido aún más durante los últimos días, volviéndose en ciertos puntos incontrolables y llegando en algunos casos a los alrededores de pequeñas ciudades.
No han provocado, sin embargo, ninguna víctima fatal, dijeron las autoridades.
La provincia más afectada es La Pampa, al suroeste de la ciudad de Buenos Aires, en donde las llamas han consumido más de 1,3 millón de hectáreas.
"Tenemos cuatro fuegos alrededor del pueblo y el más cercano está a solamente 10 kilómetros", manifestó Mariana Juárez, esposa del alcalde de La Reforma, una de las localidades pampeanas afectadas.
"La situación es difícil ... de la única forma que se puede parar es con lluvias", indicó.
En Mendoza, fueron controlados algunos focos de incendios ayudados por algunas precipitaciones, pero otros permanecían amenazantes. En total, unas 400.000 hectáreas arden por el fuego.
A esa provincia del oeste argentino, llegaron desde Chile algunos helicópteros para ayudar a los bomberos a combatir el fuego, que llegó a 200 kilómetros de la capital provincial del mismo nombre, ubicada a unos 1.200 kilómetros al noroeste de la ciudad de Buenos Aires.
En la provincia de Buenos Aires la localidad costera de Claromecó, 550 kilómetros al sur, llegó a soportar llamaradas de fuego de más de 30 metros, arrasando más de 3.000 hectáreas forestadas con pinos, eucaliptos y acacias.
Las condiciones climáticas no han contribuido a sofocar los incendios. A las temperaturas promedio de 40 grados se agregaron también fuertes vientos que superaron los 100 kilómetros por hora en algunas áreas.