WASHINGTON.- Al temer que las escasas esperanzas de paz podrían extinguirse si Israel se viera atacado de nuevo, la secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright exhortó al líder palestino Yasser Arafat que cumpla su promesa de controlar la violencia de los palestinos.
Albright, que aprovechó su asistencia en un foro público, y durante una conferencia de prensa conjunta con el canciller yugoslavo Goran Svilanovic, dijo hoy que era "absolutamente esencial que él cumpla con los diferentes compromisos que asumió para intentar disminuir la violencia y ponerla bajo control".
En una nueva medida que busca facilitarle al primer ministro israelí Ehud Barak la reanudación de las negociaciones con los palestinos, el director de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), George Tenet, probablemente viajará a El Cairo donde podría reunirse el domingo con funcionarios de seguridad israelíes y palestinos.
La participación de Tenet ofrece experiencia al más alto nivel y la seguridad en la planeación de acciones antiterroristas.
Barak envió a un veterano diplomático a Washington a fin de sondear a los mediadores norteamericanos sobre la aceptación condicional de Arafat del plan de Estados Unidos para reanudar las negociaciones de paz.
El encuentro de Guilead Sher con Dennis Ross y Aaron Miller podría decidir si Barak reanuda las negociaciones con los palestinos antes de que el presidente Bill Clinton abandone el poder el 20 de enero.
La decisión estará basada además en si es adoptada la promesa de Arafat de reducir los ataques palestinos contra los israelíes.
Arafat enviará a mediados de semana un delegado para dialogar en forma paralela con los mediadores norteamericanos, dijo ayer una fuente gubernamental norteamericana a condición de guardar el anonimato.
Arafat dijo hoy al responder a la pregunta de si podría lograrse un acuerdo de paz en los próximos 12 días: "Esperamos eso, y esperamos que como lo prometió, el presidente Clinton se esforzará" en ello antes de dejar su cargo.
Estos modestos acontecimientos, suscitados cuando se termina el tiempo de Clinton en la presidencia, son sólo pasos limitados hacia su meta de lograr un pacto de paz y contrastan dramáticamente con el estancamiento que prevalecía antes de que Arafat se reuniera dos veces el martes con el presidente en la Casa Blanca.
