WASHINGTON.- Estados Unidos reiteró hoy su decisión de no vender a Chile misiles aire-aire pese a que este país proyecta comprar a una empresa estadounidense los cazas a reacción F-16 que los utilizan.
Richard Boucher, portavoz del departamento de Estado, afirmó que el convenio de venta de diez a doce aviones F-16 no incluiría misiles en el marco de una vieja política adoptada con el fin de neutralizar una carrera armamentista en la zona.
Medios informativos citaron hoy declaraciones del subsecretario de la fuerza aérea de Chile, Nelson Haddad, quien habría advertido de que su país no firmará el contrato con la empresa fabricante Lockheed Martin, a menos que EEUU suministre los misiles aire-aire de alcance medio (AMRAAM).
Boucher dijo que la política de Estados Unidos ha sido básicamente la de "no introducir nuevas capacidades o tecnologías (bélicas) en una región en particular".
Estados Unidos ha vendido los misiles a aliados clave en la OTAN, a Israel y a otros países de Oriente Medio.
Boucher aseguró que la venta de ese tipo de armamentos se decide sobre cada caso particular.
"Eso significa que vendemos algunas cosas a algunos países que no vendemos a otros", dijo Boucher.
"En este caso particular, hemos tomado la decisión de que no deberíamos introducir nuevas tecnologías en esta región", agregó.
El Presidente estadounidense, Bill Clinton, autorizó la venta de aviones de guerra avanzados a Latinoamérica en 1997, poniendo fin a una moratoria a ese tipo de exportaciones a la región que duró 20 años.
La venta, por un total de alrededor de 600 millones de dólares, incluye recambios y sistemas de armas del avión.
Fuentes citadas por el diario The New York Times señalan que las negociaciones para el acuerdo empezaron esta semana en Santiago de Chile entre los contratistas militares estadounidenses y funcionarios chilenos.
Tras recibir la petición oficial por parte del gobierno de aquella nación sudamericana sobre el modelo de avión, la cantidad a adquirir y la clase de los sistemas de armas a usar, la Casa Blanca está lista para plantear los términos del acuerdo en el Congreso y facilitar la vía para su aprobación, dijeron las fuentes.
Funcionarios chilenos citados por el diario estadounidense indicaron que las negociaciones podrían durar entre dos y seis meses, lo que dejaría la decisión final en manos del próximo presidente de EEUU, George W. Bush.
Un portavoz de Bush dijo que es probable que éste respalde esta transacción.