WASHINGTON.- En una de sus últimas medidas como mandatario, el Presidente Bill Clinton conmemoró el nacimiento de Martin Luther King hijo enviando recomendaciones al Congreso sobre cómo mejorar las relaciones raciales en Estados Unidos.
En su mensaje, difundido ayer, Clinton abogó para que se ponga fin a la "práctica intolerable" de "caracterización racial" por la cual grupos minoritarios son objeto de acoso policial.
Clinton también llamó a declarar el día de las elecciones nacionales como feriado y recomendó que el próximo gobierno de George W. Bush designe una comisión presidencial bipartidaria para una reforma electoral.
"Si hubo alguna vez una duda sobre la importancia de hacer uso del derecho ciudadano más importante, esa fue claramente despejada en la primera elección presidencial del nuevo siglo", dijo Clinton.
Sin embargo, añadió que "para mucha gente sus votos no fueron contados y algunos denunciaron que hubo una acción organizada para mantenerlos alejados de las encuestas".
Bush prestará juramento el sábado y sustituirá a Clinton, tras su triunfo en la más estrecha elección presidencial de los últimos años.
Algunos votantes de minorías, sobretodo en el estado de la Florida, donde finalmente se determinó el triunfador de las elecciones, afirman que fueron intimidados o que incluso se les impidió votar al acudir a las urnas.
En su alocución, Clinton pidió al Congreso tomar medidas sobre toda una serie de temas sociales que considera de gran importancia, incluyendo un aumento considerable del salario mínimo, la mejora del sistema de salud para la clase trabajadora y asistencia para el cuidado de niños para familias con empleos.
Insistió a favor de la aplicación vigorosa de las leyes protectoras de los derechos civiles, aprobadas para poner fin a cualquier forma de discriminación.
Clinton, además, recomendó a su sucesor promover la aprobación legislativa de leyes contra actos desencadenados por el odio racial.
También expresó su respaldo a que se otorgue nuevamente a los reos el derecho al voto.
Por otro lado, indicó que los estadounidenses tienen una "obligación especial" de velar para que la pena de muerte sea aplicada en forma justa.
Asimismo, abogó por la aprobación de una ley que permita a los prisioneros condenados muerte tener mayor acceso a las pruebas de ADN y que éstos reciban la mejor asistencia legal posible.