JERUSALEN.- Las negociaciones de paz se encuentran prácticamente en un callejón sin salida, pese a la existencia de contactos entre ambas partes, mientras hoy se informó de un plan de Israel para la separación unilateral de los palestinos, en caso de un fracaso definitivo de las conversaciones.
Los palestinos anularon ayer domingo una reunión entre negociadores de ambas partes y los israelíes suspendieron otro encuentro previsto para este lunes, que aplazaron en principio para mañana, martes. Mientras tanto, el prestigioso diario progresista "Haaretz" de Tel Aviv reveló hoy que la Oficina del Primer Ministro de Israel ha preparado, por orden de su titular, Ehud Barak, un plan detallado para la separación unilateral de los palestinos, a la que éstos últimos se oponen.
El proyecto prevé que, en caso de que ambas partes no alcancen un acuerdo, se mantendrán en Cisjordania y Gaza los más de 150 asentamientos judíos actuales, en los que viven alrededor de 200.000 colonos. Los palestinos y gran parte de la comunidad internacional responsabilizan a estas localidades de ser uno de los principales obstáculos para la paz.
El principal objetivo de dicho plan es "conservar la identidad judía del Estado de Israel, a través de la separación demográfica de los palestinos". El plan contempla también que Israel "se reserva el máximo derecho a una respuesta a la declaración de un Estado palestino, de la que no dará cuenta de antemano". A pesar de esta situación, el líder del partido ultranacionalista israelí Molédet (Patria), el diputado Rejavam Zeevi, anunció hoy que el Gobierno de su país y los palestinos firmarán un "acuerdo de principios" el próximo jueves.
Según ese supuesto acuerdo mencionado por Zeevi, el Gobierno de Barak permitirá que 250.000 refugiados palestinos regresen a Israel en un plazo de cinco años, en el marco de un proceso de reunificación de familias. Zeevi expresó su indignación porque el acuerdo estipula que "Israel entregará (a los palestinos) la mayor parte de Jerusalén oriental, incluido el Monte del Templo, y volverá prácticamente a las fronteras de 1967", es decir, las previas a la "Guerra de los Seis Días".
En ese conflicto, Israel conquistó Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, donde los palestinos aspiran a establecer su futuro Estado independiente. Por su parte, el ministro palestinos para Asuntos relacionados con Jerusalén, Faisal Huseini, afirmó que su pueblo "quiere negociar con Israel, pero que si este país no quiere, siempre nos queda la otra alternativa: el levantamiento popular (intifada)".
Huseini se negó a condenar el asesinato de un civil israelí que apareció muerto esta mañana en la localidad de Jan Yunes, en la franja de Gaza, y dijo que lo único que refleja este hecho es que los colonos judíos deben abandonar los territorios de Cisjordania y Gaza. "No hay lugar para los colonos en nuestras tierras", dijo Huseini, quien también defendió el derecho de los casi cuatro millones de refugiados palestinos de regresar a sus casas dentro de los límites territoriales del Estado de Israel.
Asimismo, en relación con las ejecuciones llevadas a cabo por la ANP de dos palestinos sospechosos de colaborar con los servicios secretos israelíes, el sábado pasado, el dirigente palestino manifestó que "esa es la solución para los traidores, continuaremos nuestra lucha hasta liberar los territorios palestinos". Huseini participó en un acto político a favor de Jerusalén y la independencia del pueblo palestino convocado hoy por el movimiento Al Fatah en la sede extraoficial de Autoridad Nacional Palestina (ANP) en esta ciudad, ubicada en el sector oriental.
Unos 300 jóvenes palestinos acudieron al acto, mientras en el exterior se concentraban decenas de agentes de la Policía israelí. Una gran bandera palestina cubría la parte frontal del edificio y en el interior de la sala donde se celebraba el mitin un pancarta decía: "Palestina es Jerusalén, Gaza, Haifa y Naplusa".
A excepción de Huseini, en el acto no hubo una destacada presencia de representantes palestinos debido a la actual situación de crisis que se vive en la región. El acto concluyó con el himno palestino y sin que se informara de incidentes entre los manifestantes y los agentes de la Policía israelí apostados en el exterior del edificio.