SAN SALVADOR.- Al menos quinientos muertos y más de 4.000 desaparecidos había dejado hasta este lunes el terremoto que sacudió el pasado sábado a El Salvador, según reportes de los cuerpos de socorro, que planeaban enterrar en fosas comunes a las víctimas no identificadas.
Según los cuerpos de socorro, en el residencial Las Colinas, unas 1.200 personas fueron sepultadas por un alud, y otras 3.000 habrían sufrido una situación similar en la localidad de Comasagua, que se encontraba incomunicada por tierra, ambas ubicadas en la periferia suroeste de la capital.
Los salvadoreños descubrían este lunes horrorizados con el paso de las horas la magnitud del terremoto del sábado, el peor desastre natural de su historia, según el gobierno del Presidente Francisco Flores. El Mandatario recorrió este lunes diversos lugares del país para constatar los daños y ordenó a las autoridades levantar un informe sobre las víctimas y la destrucción de esta emergencia, declaró a la AFP el portavoz de la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia, Luis López Portillo.
"Cada hora que pasa nos llegan de comunidades aisladas nuevos reportes de víctimas y de la enorme destrucción que tenemos. Esperamos para el final de este día tener una proyección" de la magnitud del siniestro, aseguró Portillo.
El terremoto dejó, además, 1.177 lesionados, 11.057 evacuados, 7.934 viviendas destruidas en forma total y 16.890 dañadas parcialmente. Asimismo una fuente forense indicó en Las Colinas que los cuerpos o fragmentos de éstos que no hayan sido identificados por familiares serán enterrados este lunes en fosas comunes en el cementerio de Santa Tecla, 12 km al oeste de San Salvador. "Si nos traen la cabeza o los cuerpos del tronco para arriba los dejamos un tiempo prudencial (tres o cuatro horas) para su reconocimiento (...) Muchos ya están en estado de putrefacción, pero los fragmentos, como extremidades o pedazos de pelvis, se van de una vez al cementerio de Santa Tecla para ser enterrados en fosas comunes", relató a la AFP el médico forense Mario Colorado.
También resultaron con daños severos 34 muelles en la costa del Pacífico y el aeropuerto Internacional El Salvador, que fue reabierto el domingo tras reparaciones.
El Presidente Flores consideró el domingo que la cifra de defunciones (en ese momento de 349) eran "absolutamente preliminares", en virtud que "hay muchos más fallecidos y muchas más personas que han perdido su hogar". El Mandatario solicitó a Colombia el envío de 3.000 ataúdes para ayudar a los salvadoreños pobres a sepultar a sus muertos.
En cuanto a las pérdidas económicas, Flores dijo que es prematuro hacer "una evaluación total del daño, y cuánto se requerirá para reconstruir el país", que en 1986 había sido asolado por otro terremoto, con saldo de más de 1.400 muertes. El viceministro de Salud, Herbert Betancourt, informó que varios hospitales del país sufrieron daños por el violento terremoto, entre ellos el de la ciudad de Nueva San Salvador (Santa Tecla, 12 km al este de la capital), el de San Miguel y el de Usulután (este).
Para atender las distintas fases de la emergencia, Flores conformó la denominada Comisión Nacional de Solidaridad, con el fin de apoyar a los damnificados.
Con el propósito de constatar la magnitud del desastre, el gobernante se trasladó este lunes a los poblados de Juayua y Armenia, ambas localidades del occidental departamento de Sonsonate, y a Tacuba, en el departamento de Ahuachapán, todos en el oeste del país. Paralelamente, nombró una comisión evaluadora que se encargará de verificar los daños provocados por el sismo en la infraestructura del país.
Tras el terremoto del sábado se habían registrado hasta este lunes 806 réplicas de menor magnitud, 24 de las cuales se situaron entre los 3,9 y 4,6 grados en la escala Ricther, todos con epicentro en la costa de los departamentos de Usulután y La Paz (Pacífico).
En tanto, en Guatemala y Nicaragua, las centenares de réplicas del movimiento telúrico del sábado, que alcanzaron magnitudes de entre 4,5 y 5,8 grados en la escala Richter, provocaron momentos de alarma y de tensión entre la población, de acuerdo a informes policiales y de los servicios de sismología.
El congreso salvadoreño decretó a partir de este lunes tres días de duelo nacional en memoria de las víctimas y llamó a todos los salvadoreños a sumarse a las distintas tareas que plantea la emergencia.