LIMA.- La Corte Suprema de Justicia del Perú declaró hoy prescritos los supuestos delitos de enriquecimiento ilícito y soborno atribuidos al ex presidente y ahora candidato presidencial Alan García, se informó oficialmente.
Asimismo, la Sala Penal de la Corte, acogiendo un pedido de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, declaró inaplicable la ley de contumacia para el ex mandatario, con lo que de inmediato quedaron sin vigencia las órdenes de captura que había en su contra.
Con las decisiones, de las que se descuenta que provocarán grandes polémicas, quedó todo listo para que García regrese sin problemas al Perú, después de ocho años y nueve meses de exilio, y desarrolle su campaña proselitista para los comicios del 8 de abril.
García, a través de sus abogados, alegaba que los supuestos delitos habían prescrito en 1997, a pesar de las múltiples críticas de sus adversarios políticos que le pedían no acogerse a esa figura y dar la cara a la justicia para demostrar su inocencia.
Contra el polémico líder populista, de 51 años, estaban en marcha dos procesos judiciales que quedaron en suspenso desde que en 1992 saliera del país como asilado político "gracias" a que el gobierno de Alberto Fujimori, en el preciso instante en que iniciaba una fase dictatorial, intentara capturarlo ilegalmente.
A García se le achacan varios casos de corrupción, de los que se reunieron numerosos indicios, aunque, como argumentan sus seguidores, nunca se le encontraron pruebas definitivas.
Contra el ex presidente, declarado en su momento reo contumaz por la justicia, estaba en vigencia una orden de captura derivada de su no presentación en estos años. Empero, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió no aplicar la figura, pues la ausencia obedecía a la alegada persecución política.
El 5 de abril de 1992, en el instante en que Fujimori anunciaba su "autogolpe" de Estado, unos 200 militares llegaron hasta la casa de García, en el distrito limeño de Santiago de Surco, para detenerlo. El ex mandatario rompió cinematográficamente el cerco y pudo llegar hasta la embajada de Colombia, donde obtuvo asilo.
El máximo líder del Partido Aprista Peruano (PAP) había terminado su quinquenio en 1990 en medio de una enorme impopularidad, derivada del caos económico, la violencia política y la generalizada corrupción que caracterizaron el período.
Tras pasar los últimos años entre Bogotá y París, García anunció hace 10 días su candidatura presidencial por el PAP y sorpresivamente ha pasado a disputar el segundo lugar en las encuestas de intención de voto, aunque muy lejos del puntero, Alejandro Toledo.
Los analistas descartan que el fogoso dirigente pueda ganar los comicios, debido al elevado porcentaje de peruanos que dice que nunca votaría por él, pero igualmente dan por descontado que se convertirá en el eje de la campaña por la singularidad de sus planteamientos, su capacidad de liderazgo y su recia personalidad.