LONDRES.- La disputa por la custodia de dos mellizas estadounidenses adoptadas a través de la Internet fue al campo de la justicia este viernes, después de que las niñas pasaron de manos de unos padres adoptivos a las de trabajadores sociales.
Kimberley y Belinda, de seis meses, están en medio de un forcejeo transatlántico entre Alan y Judith Kilshaw, que las trajeron a Gran Bretaña desde Estados Unidos, su madre natural Tranda Wecker y una segunda pareja que alega que adoptó originalmente a las niñas.
Richard y Vickie Allen, de California, Estados Unidos, afirman que son los padres de pleno derecho por haber adoptado primero a las mellizas, a quienes tuvieron bajo su cuidado dos meses, mientras que Wecker ha aumentado la polémica al decir que pediría que le devuelvan a sus hijas.
Los padres adoptivos británicos recibieron el jueves la visita de un equipo de trabajadores sociales, un médico y policías, en un hotel cerca de su hogar al norte de Gales. En medio de una nube de fotógrafos, los bebés fueron sacados en cunas por las autoridades, que aparentemente están preocupadas por la gran cobertura que los medios dan al caso y por la perspectiva de que los Kilshaw tengan que afrontar un largo proceso judicial por las niñas.
El concejo municipal del condado (municipio) de Flintshire dijo que llevaría el asunto a la alta corte y aseguró que las mellizas "están seguras y saludables". Se espera que la audiencia sobre el caso se realice el martes en la localidad central de Inglaterra, Birmingham.
Un portavoz del Primer Ministro británico Tony Blair, quien hace dos días calificó como "deplorable" la venta de niños a través de la Internet, respaldó la decisión de las autoridades de Flintshire.
"Como dijo el Primer Ministro el miércoles, los intereses de las niñas deben estar siempre primero", dijo el portavoz. "Los servicios sociales han decidido que los intereses de las mellizas estarán atendidos mejor bajo su cuidado", añadió.
Pero Alan Kilshaw replicó: "Vamos a solicitar que se deje de lado la decisión que tome la corte". "Según tengo entendido, se puede recurrir a ello porque la orden de protección de emergencia sólo se aplica si existe una amenaza de violencia física contra el niño", sostuvo.
Agregando otro elemento de confusión a la trama, una juez de Arkansas puso en duda la legalidad del proceso de adopción realizado en ese estado estadounidense por los británicos. "No estoy satisfecho con diferentes aspectos, profesional y personalmente", dijo la jueza Ellen Brantley a la cadena BBC, afirmando luego que la idea de la venta de niños le causaba "disgusto".
Los Kilshaw recibieron a las niñas de manos de su madre tras pagar 12.000 dólares por la adopción a una agencia que opera vía Internet, Caring Heart Adoption, y dijeron que no sabían que esta empresa había dado previamente las pequeñas a los Allen.
La madre sacó a las pequeñas de casa de los Allen, supuestamente con engaños, y las entregó a los Kilshaw.