QUITO.- Movida por vientos fuertes y de dirección cambiante, la "marea negra" causada por el derrame de combustibles de un buque que naufragó en costas de Ecuador avanza hoy hacia tres islas del archipiélago de Galápagos, donde brigadas de voluntarios y militares intentan evitar un desastre ambiental.
"Fue una noche terrible, en que la situación se complicó mucho por la intensidad del viento", dijo el director de la Fundación Charles Darwin, Fernando Espinosa, al informar que hoy la "marea negra" tiene cerca de mil kilómetros cuadrados de superficie y se mueve hacia las islas de San Cristóbal, Santa Cruz y Santa Fe.
Según las primeras evaluaciones, alrededor de 130.000 galones de diesel y 60.000 de búnker se derramaron en el mar, poniendo en riesgo a especies de fauna y flora únicas en el mundo, que son especialmente vulnerables porque viven en nichos ecológicos libres de depredadores. El archipiélago de Galápagos, integrado por 13 islas mayores y 40 menores, está ubicado en el Océano Pacífico, frente a las costas de Ecuador.
Grupos pequeños de animales fueron preventivamente evacuados de la Bahía del Náufrago, en la isla San Cristóbal. "Nos llevaremos todos los que estén en peligro", anunció hoy el ministro ecuatoriano del Ambiente, Rodolfo Rendón. Confirmó también que catorce aves y cuatro lobos marinos fueron contaminados con petróleo, por lo que fueron llevados a un centro de emergencia instalado la víspera.
Entre la noche del domingo y la madrugada del lunes, las fuertes olas levantadas por la intensidad del viento provocaron una fisura en un tanque de almacenamiento del barco "Jessica", encallado el martes 16 frente a San Cristóbal, la isla mayor y más poblada de Galápagos. "Por eso ocurrió el derrame más grande", informó el director de la Fundación Darwin.
La marea negra incialmente permaneció inmóvil en la Bahía del Náufrago, pero las corrientas marinas la sacaron el domingo con rumbo noreste. Y, ya en mar abierto, el viento la dispersó en todas las direcciones.
"Lo verdaderamente peligroso es el búnker, que es un combustible muy espeso, mientras que el diesel se evapora", agregó Espinosa. La mancha de búnker está concentrada en Punta Carola, en San Cristóbal, lejos de los santuarios de animales. Pero, según los expertos, podría moverse en pocas horas hacia nichos donde viven pingüinos, piqueros y lobos marinos.
Científicos de la Estación Darwin, 60 guardaparques de las islas y colonos contratados están sacando con mangueras y bombas de succión el combustible que aún permanece en los tanques del barco encallado, que tiene una inclinación de 45 grados. Además, con el apoyo de diez técnicos estadounidenses contratados de urgencia por el gobierno de Ecuador, el domingo empezó la limpieza de la mancha, con equipos de dispersión y toallas absorbentes.
El Presidente ecuatoriano, Gustavo Noboa, ordenó personalmente una investigación inmediata sobre el percance, mientras el ministro del Ambiente pidió revisar los códigos de nevegación en Galápagos, pues el encallamiento del barco "Jessica" es el cuarto ocurrido en un año.