QUITO.- El Gobierno de Ecuador decidió hoy declarar en estado de emergencia a las Islas Galápagos y acelerar las acciones para controlar la amenaza de desastre ecológico que generó el accidente de un buque que transportaba 900.000 litros de combustible.
El secretario de información de la Presidencia, Alfredo Negrete, comentó en conferencia de prensa que la decisión gubernamental intenta agilizar las acciones para controlar el vertido.
El buque "Jessica", de bandera ecuatoriana, encalló el pasado 17 de enero cerca de la Isla San Cristóbal, en las Galápagos, pero el pasado viernes empezó a verter el combustible que transporta en el mar, amenazando a las especies naturales endémicas del archipiélago, que es también una provincia de Ecuador.
El Presidente Gustavo Noboa "ha declarado en estado de emergencia y se establece como zona de seguridad la provincia de Galápagos y el mar territorial" amenazados por el vertido, señaló Negrete.
Agregó que "dada la magnitud de la situación, es indispensable contar con todos los recursos nacionales de carácter ordinario y extraordinario con el objetivo de preservar la ecología y el medio ambiente" de las islas declaradas por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad.
La decisión incluye también la orden para que la Armada preste toda la colaboración posible para controlar el vertido y remediar el daño ambiental causado en esa zona que es el hábitat de unas 50.000 especies, de las cuales el 40 por ciento es endémica.
Aunque el Gobierno de Ecuador había anunciado horas antes que la situación en las islas Galápagos no ha llegado a ser considerada como de "catástrofe" ambiental, se ha propuesto remediar, lo antes posible, los efectos del vertido.
El ministro ecuatoriano del Ambiente, Rodolfo Rendón, ha asegurado que la situación, "aunque es grave, aún no puede ser calificada como un desastre ecológico".
El viernes pasado, el Parque Nacional Galápagos (PNG) denunció el derrame del carburante por una fuga en la sala de máquinas de la nave, por lo que formó varias unidades de rescate para atender a las especies marinas, terrestres y aves que podrían ser afectadas por el vertido.
Rendón explicó que las unidades del Servicio de Guardacostas de Estados Unidos, que colaboran en la contingencia, "se encuentran trabajando a fin de extraer todo el combustible que queda en el interior" del buque encallado.
Anotó que aproximadamente 57.000 litros aún no han sido sacados del "Jessica", que permanece encallado, y sólo después de que haya sido recuperada totalmente su carga podría ser reflotado.
"La marea y las condiciones climáticas han dispersado la mancha de combustible en un área más grande, pero la está alejando de la tierra, lo que evitaría un impacto ambiental mayor", señaló Rendón en declaraciones que difundió la Secretaría de Prensa de la Presidencia.
Las autoridades han señalado a las islas Santa Fe y De Lobos, cercanas a San Cristóbal, como las más afectadas por el vertido, y adelantan los trabajos de prevención para evitar que el combustible se fugue del "cerco de protección" que se ha extendido alrededor del buque.
Finalmente, Rendón reiteró su llamado a la comunidad internacional "para que envíe la ayuda requerida a fin de evitar que el accidente se convierta en un desastre ecológico".
Las Islas Galápagos, que deben su nombre a las tortugas gigantes que las habitan, se encuentran situadas a unos 1.000 kilómetros al oeste de las costas continentales ecuatorianas.