CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II anunció hoy que viajará próximamente a Siria y Ucrania, y aunque no facilitó la fecha de su visita a Damasco, fuentes vaticanas aseguraron que será la próxima primavera.
De momento, el Vaticano sólo ha confirmado oficialmente la visita a Ucrania, que será del 23 al 27 de junio.
Juan Pablo II ya expresó su deseo de viajar con motivo del Jubileo de 2000 a Tierra Santa a Damasco y Atenas, siguiendo las huellas del apóstol San Pablo.
La visita a Siria no se pudo realizar durante el Año Santo y actualmente se encuentran en ese país representantes del Vaticano organizando el viaje, que no se descarta que tenga lugar en primavera, dependiendo de la situación en Oriente Medio.
El Pontífice hizo el anuncio hoy durante la celebración ecuménica que presidió en la basílica romana de San Pablo Extramuros y ante los representantes de 23 iglesias cristianas.
"Tengo puestas muchas esperanzas en los viajes que efectuaré a Siria y Ucrania. Deseo que contribuyan a la reconciliación y a la paz entre los cristianos. Una vez más seré peregrino por los caminos del mundo para testimoniar a Cristo, que es el camino, la verdad y la vida", dijo el Papa durante la ceremonia.
Mientras, un posible viaje a Atenas está todavía en el aire. El Presidente de Grecia, Constantinos Stephanopoulos, fue recibido ayer por el Papa en el Vaticano y el Mandatario griego le invitó oficialmente a trasladarse a su país, pero a la visita se oponen algunos importantes miembros de la iglesia ortodoxa griega.
De todos modos, en las últimas semanas ha disminuido esa oposición y no se descarta que la visita a Atenas vaya unida con otra etapa en la isla de Malta, donde también estuvo el apóstol San Pablo.
El viaje a Ucrania será el tercero que realice Juan Pablo II a un país ex comunista de mayoría ortodoxa y el segundo a una nación que fue miembro de la desaparecida URSS. Ya estuvo en Rumanía y Georgia.
A la visita a Ucrania se opone el Patriarcado Ortodoxo de Moscú y parte de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana que ha permanecido fiel al primero a pesar de haber obtenido el país la independencia.
En Ucrania viven unos cinco millones de "uniatas", como llaman los ortodoxos a los católicos ucranianos de rito griego.
Los "uniatas" fueron duramente perseguidos durante el comunismo. En 1946, Stalin disolvió a la Iglesia católica de rito griego y entregó todos sus bienes al Patriarcado Ortodoxo de Moscú. Durante 45 años vivieron en la clandestinidad, hasta que en 1990 las autoridades de Moscú les devolvieron la legalidad y aprobaron una ley para la restitución de sus bienes confiscados.
El hecho de que estos bienes estuvieran en manos del poderoso patriarcado ortodoxo de Moscú desató un enfrentamiento entre ambas iglesias.