PUERTO BAQUERIZO MORENO.- Grupos ecologistas se disponían a tratar de capturar y limpiar a leones marinos y aves afectados por un derrame de petróleo en las Galápagos, en lo que amenazó con convertirse en el peor desastre ambiental de las "islas encantadas" de Darwin.
Tras suspenderse los esfuerzos por reflotar el parcialmente sumergido buque cisterna responsable de contaminar las cristalinas aguas del archipiélago, equipos del Parque Nacional Galápagos establecieron centros especiales para limpiar a los animales manchados por el derrame.
Sin embargo, miríadas de especies exóticas, entre ellas iguanas, cormoranes, leones marinos y las famosas tortugas gigantes de las Galápagos, una mezcla que inspiró al naturalista del siglo XIX Charles Darwin a elaborar su teoría de la evolución, escaparon en su mayoría a la contaminación.
"Esperamos comenzar a capturar a los animales afectados el fin de semana, pero afortunadamente no muchos animales fueron afectados", dijo Earl Peterson, del equipo de rehabilitación animal. Sólo dos pelícanos fueron encontrados muertos hasta el momento.
Las raras y maravillosas especies de las islas han logrado evolucionar en su ambiente natural durante miles de años de aislamiento y con poca intervención humana. El hombre recién habitó las Galápagos en el siglo XVI.
Los ecologistas sostienen que el daño provocado por el derrame del "Jessica" ha sido mínimo, ya que las corrientes del océano se han llevado la mayoría del diesel y combustible búnker (para embarcaciones) lejos de las islas.
Aunque más animales podrían morir, los expertos anticiparon que el ecosistema del archipiélago, enclavado en el Océano Pacífico a unos 950 kilómetros de la costa ecuatoriana, superará la situación.
"Estamos hablando de muertes mínimas de animales", dijo a Reuters el director del Parque Nacional Galápagos, Eliecer Cruz, confiando en que el ecosistema se recuperará en tres a cuatro años.
Según expertos, los esfuerzos para reflotar al barco ecuatoriano encallado en las Galápagos fueron suspendidos el viernes por falta de equipos, pero la amenaza del derrame de combustible estaba disminuyendo.
La Marina ecuatoriana tenía la esperanza de nivelar el carguero "Jessica", pero el equipo de la Guardia Costera de Estados Unidos que ayuda en la operación dijo que no contaban con los cables necesarios para realizar el trabajo.
El "Jessica" derramó cerca de dos tercios de los más de 900.000 litros de combustible que cargaba en las cristalinas aguas de las Galápagos tras encallar la semana pasada. Ahora está inclinado y su casco semisumergido en la proféticamente nombrada "Bahía del Naufragio", en las afueras del pequeño puerto de la isla San Cristóbal.
"Es para frustrarse. Primero el clima interrumpe las operaciones y ahora nos enfrentamos a una falta de equipo", dijo a Reuters el jefe de los guardacostas estadounidenses, Ed Stanton.
"Hoy es un día perdido, y tomará al menos una semana para enderezar el barco", agregó.
Los equipos de rescate pretenden enderezar al "Jessica" para facilitar el retiro del combustible remanente en sus tanques luego del accidente de la semana pasada.
El capitán del barco, Tarquino Arévalo, dijo a Reuters que calculó mal la entrada a la estrecha ensenada de la destartalada capital del archipiélago, Puerto Baquerizo Moreno, reconociendo que confió demasiado en su habilidad de navegación.
El capitán, de 58 años, se encuentra bajo tratamiento médico por una herida en la cabeza y deshidratación, tras dormir cuatro días a bordo del barco después del accidente.
El hombre podría enfrentar cinco años de cárcel si es declarado culpable de dañar el ambiente, un delito en las Galápagos, declaradas patrimonio ecológico mundial por las Naciones Unidas.
