MANILA.- La Presidenta de Filipinas, Gloria Arroyo, manifestó hoy sábado, ,una semana después de asumir el poder, su confianza en las Fuerzas Armadas, a pesar de los rumores sobre una disidencia en el ámbito militar que dificultan la tarea de su gobierno.
"Creo firmemente que, a pesar de los rumores de disidencia y de los intentos por desestabilizar a vuestro cuerpo, la dedicación y el profesionalismo que ustedes demostraron en el pasado serán la piedra angular de la permanencia de la voluntad soberana del pueblo", dijo.
Según estos rumores, oficiales superiores ávidos de poder habrían provocado luchas dentro del ejército y ciertas informaciones señalaron intentos para desestabilizar al gobierno llevados a cabo por soldados para colocar nuevamente en el poder al ex presidente Joseph Estrada.
Gloria Arroyo hizo estas declaraciones ante una asamblea de oficiales en actividad y retirados en ocasión de su primera visita al cuartel general del ejército desde que asumió la jefatura del Estado. La nueva mandataria fue criticada por haber elegido a un general retirado, Lisandro Abadio, como asesor de seguridad nacional, a pesar de que éste fue acusado de corrupción y está sometido a una investigación judicial.
Una disidencia en el ejército es lo último que ella necesita, declaró el presidente del Senado, Aquilino Pimentel, a propósito de la controversia creada por el nombramiento de Abadia. Pimentel reconoció que algunos oficiales se unieron al sector de los contestatarios debido a su oposición a Abadia, acusado de haber malversado el dinero de las jubilaciones de los militares.
El ministro de Defensa, Orlando Mercado, renunció a su cargo afirmando que no podría trabajar con Abadia porque fue él quien solicitó que fuese investigado por corrupción. A pesar de estas protestas, Arroyo dice estar segura de que los militares respetarán la jerarquía de comando y pidió a los oficiales que reduzcan las capacidades de combate de los guerrilleros comunistas y de los grupos separatistas musulmanes.
La jefa del Estado añadió que las negociaciones de paz con esos grupos deberían reanudarse, aunque excluyó de las mismas al movimiento islamista extremista Abu Sayyaf, célebre desde que el verano (boreal) pasado secuestró a un grupo de extranjeros en la isla de Jolo. Ese grupo de bandidos debe ser neutralizado, sostuvo.