KOROLEV.- El éxito del amarre de la nave espacial de carga Progress, que dará el "impulso mortal" a la Mir para destruirla, abrió este sábado el último capítulo de la historia de la estación orbital rusa, que acabará en marzo con la caída de los últimos restos en el sur del Pacífico.
La operación "se desarrolló sin ningún problema", comentó el responsable de vuelo de la estación espacial rusa, Vladimir Soloviov. Se trata de la primera fase de las operaciones de destrucción de la base rusa. La Progress M1-5, que salió el miércoles del cosmódromo de Baikonur, en Kazajstán, con 2,7 toneladas de combustible a bordo, se amarró a la Mir de modo automático a las 05H33 GMT del sábado.
Los técnicos siguieron el desarrollo de la operación, cuyo éxito saludaron con aplausos, en tierra gracias a una cámara especial colocada en el exterior de la nave. A principios de marzo, la Progress dará cuatro "impulsos mortales" a la Mir, provocando la caída de las 130 toneladas de la estación hasta las capas densas de la atmósfera, a una altitud de 70 a 90 km con respecto a la Tierra, donde se quemará en su mayor parte. Algunos restos no destruidos caerán en el Pacífico sur.
Esos restos caerán "en alta mar, en el sur del Pacífico, a buena distancia de las rutas marítimas y aéreas", precisó el Ministerio ruso de las Relaciones Exteriores en un comunicado.
"No hay material peligroso a bordo de la estación: ni radiactivo, ni biológico, ni químico", agregó el ministerio. La destrucción de la Mir "desde la entrada de la estación en las capas densas de la atmósfera hasta el amerizaje de los fragmentos que no se hayan quemado, no tomará más de media hora", según el ministerio.
La estación rusa, en órbita desde hace 15 años, será destruida a más tardar el 6 de marzo. Los rusos pidieron ayuda a la Agencia Espacial Estadounidense (NASA) y a la Agencia Espacial Europea (ESA) para controlar con sus radares la operación de destrucción de la estación espacial rusa, señaló el sábado Nikolai Anfimov, director del Instituto Central de Investigaciones para el sector espacial.
El éxito de la primera fase de la operación tranquiliza a los responsables rusos tras la serie de incidentes que sufrió la estación y que provocaron retrasos en el programa inicialmente previsto.
La última tripulación abandonó la Mir en junio pasado y la estación permanece vacía en órbita desde entonces. Moscú, que se comprometió en el proyecto de la Estación Espacial Internacional (ISS) decidió destruir la estación orbital, símbolo de la conquista espacial rusa, por falta de financiación y por razones de seguridad.