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Puertorriqueños acusan a armada por contaminación de isla

Recientes estudios científicos han encontrados elevadas concentraciones de metales tóxicos en mariscos, polantas y cabellos humanos en la región de la isla Vieques en Puerto Rico. Los resultados son atribuídos a las bombas y proyectiles de artillería provenientes de la zona de entrenamiento norteamericana.

27 de Enero de 2001 | 13:19 |
VIEQUES, Puerto Rico.- Por seis décadas, las bombas y los proyectiles de artillería han llovido sobre la zona de entrenamiento de la armada norteamericana en esta pequeña isla puertorriqueña.

Nubes de humo y polvo han llegado hasta pueblos situados a kilómetros de distancia. La gente siguió empero su vida regular, bañándose en sus playas, acampando en sus parques y comiendo sus mariscos y vegetales sin mayores reservas.

Pero recientes estudios de científicos puertorriqueños han encontrado elevadas concentraciones de metales tóxicos en mariscos, plantas y cabellos humanos de
la región. Muchos isleños creen que las sustancias derivadas de los ejercicios militares de la armada han contaminado su tierra y sus habitantes.

"A veces tengo miedo de respirar", dijo Eva Luisa Torres, administradora escolar de 46 años que ha sobrevivido dos tipos de cáncer.

Otros residentes que culpan de sus dolencias a la armada son Migdalia Rivera, que padece de un tipo severo de asma; Lidia Adams, cuya biznieta de tres años de edad padece cáncer; y Luz Minerva Ortiz Feliciano, cuyo bebé murió debido a un defecto cardíaco congénito.

Unos 3600 de los 9400 residentes de la isla se han sumado a los que piden una indemnización por enfermedades que atribuyen a la armada.

La armada sostiene que no hay pruebas que respalden tales afirmaciones. Sus propios estudios no han indicado riesgo alguno, y los que sí anticipan riesgos son calificados de poco científicos y defectuosos por la armada.

"La armada está preocupada acerca de la salud de los viequenses", dijo el Teniente Jeff Gordon, vocero de la armada. "Ha habido una serie de estudios que realmente ameriten una revisión por terceros".

Pese a la falta de pruebas, las preocupaciones acerca de la salud son la médula del debate en torno a si la armada debe continuar utilizando la zona de entrenamiento que, según afirma, son vitales para la seguridad nacional.

Documentos obtenidos por The Associated Press demuestran que la armada ha violado durante años la autorización de la Agencia de Protección Ecológica que le permite verter niveles limitados de contaminantes al mar cuando sus municiones caen fuera del objetivo previsto.

Entre 1984 y 1999, los documentos de la armada indican que recibió 30 informes de niveles excesivos de cadmio, un conocido carcinógeno, y 25 informes de niveles excesivos de plomo. Una vez, en 1993, se registró un nivel de cadmio 240 veces superior al permitido, y otra vez, en 1997, el plomo alcanzó un nivel 105 veces superior al permitido.

Otras sustancias halladas en niveles excesivos son arsénico, cromio, mercurio y manganeso.
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