JERUSALEN.- La decisión del primer ministro israelí Ehud Barak de no reunirse con el líder palestino Yasser Arafat antes de las elecciones del 6 de febrero en Israel devolvió a su justa proporción el optimismo causado en el seno del gobierno por las conversaciones de paz de Taba.
Barak anunció el domingo la suspensión de "los contactos políticos con (el presidente palestino) Yasser Arafat y con su equipo hasta las elecciones del seis de febrero, aunque los contactos en materia de seguridad para reducir la violencia y combatir el terrorismo seguirán".
Esta sorpresiva decisión, que puso fin a un proyecto de cumbre en Estocolmo para esta semana, fue tomada por los israelíes tras un discurso ofensivo del presidente Arafat en el foro económico de Davos (Suiza), indicó el lunes Danny Yatom, consejero de Barak.
"Ehud Barak dudaba en reunirse con Arafat, pero cuando se enteró de sus declaraciones agresivas e incomprensibles todas sus vacilaciones terminaron", explicó Yatom.
Arafat acusó al gobierno de Barak de llevar a cabo "una guerra bárbara" y una "agresión militar fascista" contra los palestinos.
Dichas declaraciones, así como la decisión de Barak, llevaron a su justa proporción los resultados de seis días de negociaciones en Taba (Egipto) que terminaron el sábado.
Tanto Yatom, como Shimon Peres, ministro israelí de Cooperación Regional, presente en Davos en el momento de las declaraciones de Arafat, achacaron al líder palestino toda la responsabilidad sobre las esperanzas traicionadas de Taba.
Yatom lamentó las declaraciones de Arafat "puesto que las negociaciones de Taba terminaron con la impresión de que se había logrado avanzar".
"Si Arafat hubiese hecho las mismas declaraciones que hizo en Davos durante un encuentro en Estocolmo con Ehud Barak, éste se habría visto en una situación embarazosa y su campaña electoral habría sido aún más difícil", declaró por su parte Peres.
Uno de los objetivos de las discusiones de Taba era, según los analistas, llevar a votar por Barak a quienes quieren la paz, así como a los árabes israelíes, que están tentados a abstenerse o quieren votar en blanco.
El comentarista político de la radio militar, Aviv Drucker, indicó que los consejeros de comunicación de Barak le habían pedido que no se dejara fotografiar en Estocolmo con Arafat, "el hombre más odiado por los electores israelíes".