MADRID.- El magnate ruso de la comunicación Vladímir Gussinski se negó hoy ante un juez español a ser extraditado a Rusia, porque es objeto, dijo, de una persecución política y la Justicia de su país no es independiente.
Así lo explicó Gussinski a los periodistas tras comparecer durante una hora ante el juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón, quien en diciembre pasado lo dejó en libertad vigilada bajo una fianza de 5,5 millones de dólares.
El empresario ruso, propietario de Media-Most (el grupo de comunicación más crítico con el Kremlin), está reclamado por la Justicia rusa por el supuesto delito de "robo con estafa agravada" por valor de 250 millones de dólares.
Hoy miércoles, Gussinski declaró a la prensa que aseguró al juez que su caso es más político que económico, producto de una farsa impulsada por la Fiscalía rusa.
El empresario, que manifestó su confianza en ganar esta partida, insistió en que su caso es "un asunto político", similar, dijo, a otros muchos que existen en Rusia.
Ahora, una vez que Gussinski ha manifestado su negativa a ser entregado a Rusia, el juez Garzón remitirá el expediente de extradición a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional (el tribunal encargado, entre otros, de las extradiciones) para que prosiga con el procedimiento, que puede durar varios meses.
Gusinski ya se negó a ser extraditado a Rusia alegando que allí sufría una persecución política cuando el pasado 12 de diciembre fue detenido en la sureña provincia española de Cádiz, en cumplimiento de una orden de busca y captura dictada por la Fiscalía de Moscú.
El próximo viernes, la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia verá el recurso presentado por la Fiscalía española en contra de la puesta en libertad vigilada de Gusinski dictada por Garzón el 22 de diciembre pasado.