QUITO.- Por segundo día consecutivo, la policía ecuatoriana dispersó violentamente a cientos de campesinos indígenas que llegaron a Quito para pedir al gobierno que deje sin efecto una serie de alzas de precios.
Al menos 10 personas resultaron heridas ayer cuando los agentes antimotines lanzaron gran cantidad de bombas lacrimógenas para contener a los indígenas que intentaron iniciar una marcha desde el edificio de una universidad que mantienen ocupado desde el lunes.
Al comienzo de la jornada, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, Antonio Vargas, y el líder del izquierdista Frente Popular, Luis Villacís, fueron detenidos por la policía, que también intentó arrestar a Salvador Quishpe, otro alto dirigente indígena.
Unos 4.000 indígenas llegaron a Quito en los últimos días, apoderándose de las instalaciones de la universidad donde establecieron una especie de campamento.
La ocupación de ese recinto forma parte de un "levantamiento nacional" convocado por la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas, que está demandando del gobierno del presidente Gustavo Noboa que deje sin efecto alzas de los precios del gas doméstico, incrementado en 100%; de la gasolina, 25% y de las tarifas del transporte público, en un 75%.
Las autoridades han rechazado estos pedidos, y acusan a los promotores de la protesta de intentar "desestabilizar el orden constituido" y de tener afanes "subversivos".
Como lo vienen haciendo desde la semana pasada, varios grupos de indígenas bloquearon ayer varios tramos de la Carretera Panamericana, y vías secundarias en las provincias de Imbabura, en el norte, y las de Cotopaxi, Tungurahua y Chimborazo, en el centro del país.
Estos cierre de carreteras han impedido el paso de los camiones con productos alimenticios desde los campos a las ciudades, registrándose desabastecimiento en los mercados, y alzas de precios debido a la escasez que comienza a manifestarse.