MOSCU.- Una gigantesca esmeralda de un kilo y medio, considerada como talismán del ex presidente ruso Borís Yeltsin, se ha convertido en centro de una agria pugna por su propiedad.
Esta piedra preciosa fue hallada en 1993 en una mina de los montes Urales, que dividen Europa y Asia, a 150 kilómetros de la pequeña aldea de Butka, donde nació Yeltsin, y fue bautizada con el nombre de "Presidente" en honor del primer jefe de Estado de Rusia.
Hay quien dice que fue esta piedra la que ayudó a Yeltsin en 1996 a superar una complicada intervención quirúrgica de siete horas a corazón abierto, y quien confía que también le ayude hoy, cuando cumple su 70 aniversario hospitalizado por una gripe.
Aunque "Presidente" no pesa tanto como una "hermana" brasileña de siete kilos, la más grande del mundo, los expertos sostienen que es también una piedra de "alto rango".
Su peso exacto es de 1,432 kilos, y el precio puede superar el millón de dólares.
Los Urales, ricos en yacimientos naturales, tradicionalmente suministraron piedras preciosas y oro a los joyeros de la corte imperial rusa, famosos sobre todo a través de la marca Fabergé.
También a Yeltsin le gustaba hacer regalos, como cuando en 1999 obsequió a sus colegas y "amigos" francés y alemán, Jacques Chirac y Helmut Khol, respectivamente, con cucharones de plata dorada incrustados con piedras preciosas procedentes de su tierra natal.
Las esmeraldas son de color verde y pertenecen a la clase más cara de las piedras preciosas, y algunos de sus ejemplares se aprecian más que los diamantes.
Se considera que las mejores proceden de Colombia, pero las rusas son también muy valiosas ya que tienen un característico y poco frecuente matiz amarillo.
Sin embargo, la industria rusa del sector está desde hace años en aguda crisis debido a la poca rentabilidad de la tradicional venta de estas piedras como materia prima y la falta de inversiones en la producción de joyas.
Mientras agencias de viajes rusas hacen promoción del turismo de "caza de las esmeraldas", las minas de la compañía "Minas de esmeraldas de Urales" (MEU), a la que pertenece "Presidente", permanecen cerradas desde hace cinco años.
Las autoridades judiciales de la región uraleña de Sverdlovsk embargaron "Presidente" en 1996 por la deuda de MEU, que hoy día ha llegado a casi dos millones y media de dólares.
La MEU considera que la subasta pública de "Presidente" es la única posibilidad que tiene para poder pagar a sus funcionarios los salarios atrasados, ya que la piedra puede valer un millón y medio de dólares, según cálculos independientes.
Sin embargo, el gobierno de la región, que posee un importante fondo de piedras preciosas, quiere comprar "Presidente" por un precio inferior a los 150.000 dólares, fijado por una comisión del ministerio ruso de Hacienda.
"Creemos que la esmeralda tiene cierta relación con el destino de Yeltsin, por eso queremos que se quede en nuestro país, en su patria chica", dijo a EFE la portavoz del gobierno de la región, Tatiana Merzliakova.
El Ejecutivo regional sostiene que goza de prioridad para comprar la esmeralda, y sus ambiciones ya provocaron comentarios críticos de la prensa.
"El poder en Rusia ha demostrado más de una vez que siempre encuentra dinero para satisfacer sus "necesidades estéticas", a pesar del permanente déficit del presupuesto", comentó la agencia de información "Delfi".
El director gerente de la MEU, Vladímir Cheglokóv, dijo a EFE que "las autoridades regionales no tienen un derecho preferente para hacer la compra" y "ponen trabas al asunto para que nunca recibamos el dinero de la venta de la piedra".
En todo caso, el que se quede finalmente con la piedra -encerrada ahora en un banco de la capital regional, Yekaterimburgo- correrá serio riesgo, de cumplirse la superstición rusa, según la que las esmeraldas traen felicidad a la gente de conciencia limpia y desgracias a las personas mentirosas.