QUITO.- Este país amaneció hoy bajo un estado de emergencia decretado por el gobierno para hacer frente a una protesta indígena que se prolonga por casi una semana.
El vocero oficial, Alfredo Negrete, explicó que existe "una situación de conmoción interna", que obligó al gobierno a asumir facultades de excepción jurídica, entre ellas allanar domicilios sin orden judicial y prohibir las reuniones públicas.
El estado de emergencia lo decretó el presidente Gustavo Noboa anoche luego de fracasar un acercamiento entre el gobierno y los dirigentes de las organizaciones indígenas que desde fines de la semana pasada llevan adelante un "levantamiento nacional" reclamando contra recientes alzas de precios.
La medida fue adoptada por Noboa "luego de que abruptamente fue roto el diálogo por parte de la dirigencia indígena evidenciando móviles políticos", explicó el vocero.
Desde el lunes pasado, alrededor de 4.000 campesinos indígenas se encuentran atrincherados en la Universidad Politécnica Salesiana, de Quito, a la que ingresaron sin resistencia de las autoridades del plantel.
El lunes y martes se registraron violentos enfrentamientos callejeros entre policías antimotines y cientos de los indígenas que trataron de salir en una marcha desde la universidad.
Mientras tanto, cientos de indígenas mantienen bloqueados con piedras y troncos de árboles, numerosos tramos de la Carretera Panamericana, en provincias del norte y del centro andino del país, lo que está causando un creciente desabastecimiento de productos que no llegan del campo a las ciudades.
La ruptura de las negociaciones fue precipitada ayer por el líder indígena Antonio Vargas, quien manifestó su inconformidad porque en los contactos no participaba personalmente el presidente Noboa, y amenazó con "radicalizar" la protesta.
"El pueblo quiere hablar con él directamente", señaló.